“Rezo para que se quemen en el infierno”
Recientemente, la cantante Britney Spears, en nuevas declaraciones en contra de sus padres, pronunció la frase que da título a esta reflexión y fue titular en varios sitios de noticias alrededor del mundo: “Rezo para que se quemen en el infierno”, fueron las palabras de la celebridad.
Mientras leo la frase de la cantante, solo puedo pensar en cuántas personas en todo el mundo se sienten identificadas con ella y sienten un profundo dolor hacia sus padres. Y en esta reflexión, no voy a juzgar a Britney Spears ni tampoco a sus padres. Simplemente volveré mis ojos a la palabra de Dios y buscaré lo que dice. Finalmente, si quiero ser como Cristo, debo aprender de su ejemplo y de sus palabras.
Y sin importar el daño que los padres de Britney Spears le hayan hecho, o el daño que alguien te haya hecho a ti, aprendo al menos 3 cosas de la Biblia:
- Debo amar a mi prójimo como a mí mismo: el mandamiento registrado en Mateo 22:39 es la característica principal de un cristiano. El cristiano simplemente debe amar. Siempre.
- Niégate a ti mismo: “Si alguien quiere ser mi discípulo, que se niegue a sí mismo, lleve su cruz cada día y me siga.‘” (Lucas 9:23). Negarse a si mismo no es más que renunciar a mis derechos y pretensiones en esta vida terrenal.
- Bendiga y no maldiga: “Bendigan a quienes los persigan; bendigan y no maldigan“. (Romanos 12:14)
A la luz de la palabra de Dios, debo negarme a mí mismo, amar a mi prójimo y simplemente bendecirlo. No hay lugar para desear que nadie se vaya al infierno, por mucho daño que me haya hecho.
Oración: Señor, mi deseo es ser como Cristo. Ayúdame a amar a mi prójimo, negarme a mí mismo y bendecir a todos. ¡Amén!
Versículo base: No paguen a nadie mal por mal. Procuren hacer lo bueno delante de todos. Si es posible, y en cuanto dependa de ustedes, vivan en paz con todos. No tomen venganza, hermanos míos, sino dejen el castigo en las manos de Dios, porque está escrito: ‘Mía es la venganza; yo pagaré’,* dice el Señor. Antes bien, ‘Si tu enemigo tiene hambre, dale de comer; si tiene sed, dale de beber. Actuando así, harás que se avergüence de su conducta.’ No te dejes vencer por el mal; al contrario, vence el mal con el bien. (NVI) Romanos 12:17-21