Que puedas ser un restaurador de “orejas”
Un episodio en particular, cuando Judas traicionó a Jesús, está narrado en los 4 evangelios. Es el momento en que Pedro reacciona ante el arresto de Jesús, desenvaina una espada y corta la oreja de un hombre, llamado Malco. Este evento está registrado en Juan 18:10-11, Mateo 26:51; Marcos 14:47 y Lucas 22:49-51. Los nombres de Pedro y Malco se mencionan únicamente en el libro de Juan. Y por alguna razón que no sabemos, el milagro de Jesús restaurando la oreja de Malco solo está registrado en el libro de Lucas. Y este es considerado el último milagro de Jesús, registrado antes de la crucifixión.
Ante este evento, podemos observar dos formas diferentes de actuar en una situación. La primera es la de Pedro, que es una reacción compulsiva, violenta, defensiva, que hace uso de las armas humanas, de los recursos de este mundo, para darle a su amo una “salida”. Por otro lado, tenemos la reacción de Jesús, quien, aún frente a la adversidad, renuncia a las armas de este mundo, se somete a la autoridad (aunque sea injusta) y más que eso, tiene compasión y misericordia hacia los que le hacen daño, curando la oreja del soldado herido.
¿Cuáles han sido tus armas? ¿Has cortado o restaurado “orejas”?
Oración: Señor, quiero ser yo aquel que restaura “orejas”, aprendiendo del ejemplo de Jesús. ¡Amén!
Versículo base: Todavía estaba hablando Jesús cuando se apareció una turba, y al frente iba uno de los doce, el que se llamaba Judas. Éste se acercó a Jesús para besarlo, pero Jesús le preguntó: –Judas, ¿con un beso traicionas al Hijo del hombre? Los discípulos que lo rodeaban, al darse cuenta de lo que pasaba, dijeron: –Señor, ¿atacamos con la espada? Y uno de ellos hirió al siervo del sumo sacerdote, cortándole la oreja derecha. –¡Déjenlos! –ordenó Jesús. Entonces le tocó la oreja al hombre, y lo sanó. (NVI) Lucas 22:47-51