¿Qué podría haber cambiado el destino de esta historia?

Hombre se desespera al ver accidente con moto
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Se dice que un hombre era un ejecutivo en una gran empresa. Este ejecutivo, luego de una importante reunión con un cliente, conducía su camioneta hacia la oficina, mientras pensaba en las explicaciones que tendría que darle a su director. La reunión con el cliente no había ido bien, no pudo repasar el incremento de precio que era necesario e incluso salió de la reunión con la amenaza del cliente de cancelar todos los pedidos. Conduciendo por una autopista, un motociclista intentó rebasarlo por el lado derecho, lo cual sabemos que no está permitido. Como este ejecutivo no cedía el paso, el motociclista comenzó a tocar la bocina y encender sus luces. Esto irritó profundamente al ejecutivo, quien quiso “darle una lección”, tirando su camioneta levemente hacia la derecha. La camioneta tocó la motocicleta y el motociclista cayó y tuvo una fractura en su columna vertebral. Ahora, pasará el resto de su vida en una silla de ruedas.

En esta breve historia, ¿qué podemos ver? Una irritación de 15 segundos, acompañada de un leve movimiento hacia la derecha, con el objetivo de dar una “lección” o un “susto” a un extraño, terminó en una gran tragedia. El motociclista se equivocó, es cierto, pero quizás su delito no merecía un castigo tan grande como el que sufrió. Mientras tanto, el ejecutivo, que hasta entonces solo tenía un problema de negocios para resolver, ahora enfrentaba un juicio en el que incluso podría terminar en la cárcel, sin contar el sentimiento de culpa que lo invadía, por dejarse llevar por una irritación de 15 segundos. Debido a esa irritación, una persona pasaría el resto de su vida en una silla de ruedas.

¿Qué habría cambiado drásticamente el destino de esta historia? Dominio propio, por el lado del ejecutivo y obediencia a las leyes de tránsito, por el lado del motociclista. Y el dominio propio y la obediencia son dos cosas que aprendemos cuando meditamos diariamente en la palabra de Dios.

Mi querido lector, esta historia es ficticia, no estoy citando ningún caso de la vida real. Sin embargo, estoy seguro de que historias como esta suceden con mucha frecuencia en nuestro mundo. Y más que eso: sé que me puede pasar a mí o a ti si no desarrollamos el dominio propio o la obediencia.

Si todavía no te ha pasado nada de esto, es hora de cambiar, de buscar el dominio propio, de ser obediente a las leyes de este mundo y a la palabra de Dios. Y hoy es un gran día para buscar a Dios y comenzar este proceso de transformación.

Oración: Señor, quiero ser transformado por ti. Quiero aprender a tener dominio propio y a obedecer mientras todavía hay tiempo. ¡Amén!

Versículo base: El salario del justo es vida, La ganancia del impío, castigo. (NBA2005) Proverbios 10:16

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