Que la imperfección no sea tu excusa
Si eres un asiduo lector de Hora de Orar, sabrás que hay muchos errores de español, redacción o concordancia en mis textos. En más de 800 reflexiones ya escritas, los errores no son pocos. Incluso en mi libro, publicado en español, encuentro aún errores. Además, a menudo mis lectores me alertan sobre errores (que siempre agradezco) para poder corregirlos.
Sin embargo, ya decidí hace mucho tiempo que la imperfección no será mi excusa. Por supuesto, siempre trato de escribir de la mejor manera. Claro que no quiero cometer errores. Pero aún sabiendo que no es perfecto, sigo adelante. Y Dios ha honrado este ministerio. Porque más importante que el texto “perfecto“, sin errores, es el mensaje que hay detrás. Y cada mes, esa palabra llega a más de 10.000 personas. ¡Gloria a Dios por eso!
Entonces te pregunto: ¿la imperfección ha sido tu excusa? ¿Estás atascado porque te preocupas por hacer algo perfecto? Mi desafío para ti es que la imperfección no sea tu excusa. Que empieces este proyecto, pongas en práctica esta idea, empieces este ministerio, aunque sepas que no será perfecto. Si Dios está de acuerdo con tu idea, no esperes más: sigue adelante.
Nuestro Dios no espera perfección en este mundo caído. Él sabe que “no hay un solo justo en la tierra, ninguno que haga el bien y nunca peque“, Eclesiastés 7:20. Por tanto, Él es quien nos perfecciona. Él nos “ha hecho perfectos para siempre“.
Oración: Señor, estoy agradecido de no ser perfecto. Te agradezco mi imperfección, porque así puedo perfeccionarme en ti. ¡Amén!
Versículo base: “Porque con un solo sacrificio ha hecho perfectos para siempre a los que está santificando.” (NVI) Hebreus 10:14