Profetizó su propia muerte

Samuel Langhorne Clemens, más conocido por el seudónimo de Mark Twain, nació el 30 de noviembre de 1835. Se convirtió en escritor y escribió Adventures of Huckleberry Finn, considerada por muchos como la gran novela estadounidense.

Mark Twain nació en 1835, dos semanas después del paso del cometa Halley. Y en su autobiografía, en 1909, profetizó su propia muerte. Él escribió: “Llegué con el cometa Halley en 1835. Pasará de nuevo el próximo año, y espero irme con él. Sería la mayor decepción en mi vida si no fuera con el cometa. El Todopoderoso dijo: sin duda: ‘aquí están estos dos fenómenos inexplicables; llegaron juntos y deben irse juntos’ ”. El cometa Halley volvió a pasar el 20 de abril de 1910 y Twain murió al día siguiente, víctima de un infarto.

Eclesiastés, capítulo 3 dice que “Todo tiene su momento oportuno; hay un tiempo para todo lo que se hace bajo el cielo.” Y continúa diciendo que hay “un tiempo para nacer, y un tiempo para morir”. Vinimos a este mundo para cumplir el propósito de Dios en nuestras vidas. Y nuestro libre albedrío nos permite elegir los caminos que seguiremos. Pero así como existía la hora de llegada, también se establece el día de partida. Y estoy completamente convencido de que nuestras elecciones aceleran o retrasan nuestro tiempo aqui en este mundo.

Cuando hablamos de los planes de Dios para nuestras vidas, no hay coincidencias ni casualidades. Todo es parte del propósito de Dios.

Sin embargo, como Jonás, podemos optar por ir a Tarsis en lugar de Nínive. Luego, el Señor tendrá que hacer algo para que volvamos al camino. Y lo hará tantas veces como sea necesario. Hasta que se agote nuestro tiempo.

No sé si Mark Twain, al profetizar su muerte, utilizó su tiempo correctamente. Ojala lo haya hecho. Sin embargo, quiero yo recordar que cada día es una nueva oportunidad. ¡Tenemos que aprovecharlo! Antes de que acabe el tiempo.

Oración: Señor, quiero aprovechar cada día que me diste en esta tierra, para cumplir tu propósito en mi vida! Quiero vivir para ti mientras haya tiempo. ¡Amén!

Versículo base: Todo tiene su momento oportuno; hay un tiempo para todo lo que se hace bajo el cielo: un tiempo para nacer, y un tiempo para morir; un tiempo para plantar, y un tiempo para cosechar (NVI) Eclesiastes 3:1-2