Prejuicio y discriminación
Dorothy Counts tenía 15 años en 1957, cuando fue una de las primeras jóvenes negras en ser admitida en una escuela pública estadounidense, poco después del fin de la segregación racial en Estados Unidos. Durante 4 días trató de estudiar en la Universidad Harry Harding de Carolina del Norte, y en cada uno de esos 4 días fue perseguida por sus “colegas”, le escupieron en la cara, le echaron basura en la comida y la humillaron con gritos e insultos raciales. Todo ello ante la pasividad de sus maestros. Sus padres recibieron amenazas de muerte por teléfono, momento en el que decidieron sacarla de la escuela.
Una historia como esta puede ser impactante en estos días. Sin embargo, el comportamiento de los “colegas” de Dorothy en 1957 es la más pura expresión de prejuicio. Según el diccionario, prejuicio es “cualquier opinión o sentimiento concebido sin examen crítico” o “un sentimiento hostil, asumido como resultado de la generalización precipitada de una experiencia personal o impuesto por el entorno”. Y el prejuicio da lugar a la discriminación, que según el diccionario es “la acción o efecto de separar, segregar, apartar”.
Usted y yo somos prejuiciosos cuando tenemos alguna opinión sobre alguien sin un examen crítico o motivado por una imposición de nuestro entorno. Y lo hacemos constantemente, contra personas que tienen diferente posición política, género, posición social, nível de ingresos o región donde nacieron. Y pronto, empezamos a discriminar, a “segregar” a los seres humanos en “grupos”. Para ser más específico con este mensaje, algunos ejemplos:
- “Las mujeres manejan mal”
- “Los hombres son infieles”
- “Los izquierdistas son brutos”
- “A los costeños no les gusta trabajar”
- “Pobre no tiene educación”
Cada uno de estos pensamientos tiene prejuicios y discriminaciones, pues agrupa a los seres humanos y los “califica” sin un examen crítico e ignorando que cada ser humano es diferente, único y especial.
Oración: Señor, no quiero tener prejuicios. Elimina de mi mente y corazón cualquier juicio previo a cualquier persona por su género, color, posición social o política. Amén.
Versículo base: “No hay judío ni griego; no hay esclavo ni libre; no hay hombre ni mujer, porque todos son uno en Cristo Jesús”. (NBA2005) Gálatas 3:28