Perdonar no es olvidar

Una cosa importante que debemos aprender acerca del perdón es esta gran verdad: perdonar no es olvidar. Olvidar es amnesia. Perdonar es cancelar la deuda.

Intente pensar en una madre cuyo hijo fue atropellado por un conductor ebrio. ¿Sería humanamente posible “olvidar” este acontecimiento? Por supuesto que no. Y uso este ejemplo extremo para ilustrar que hay cosas que nunca se pueden olvidar. Por lo tanto, el perdón no se trata de olvidar lo que nos hicieron, sino de cancelar la deuda, borrar la cuenta, romper el pagaré y desechar toda idea de reparación.

Tal vez pienses en Miqueas 7, versículo 18, que dice: “¿Qué Dios como tú, que perdona la maldad, y olvida el pecado del remanente de su heredad?” Vea que el versículo dice que Dios perdona y olvida. Pero aquí es importante entender que el “olvido” de Dios no se refiere a la amnesia, sino a lo que se relata en el mismo versículo al final: “No retuvo para siempre su enojo, porque se deleita en misericordia.”. El olvidar de Dios es eliminar el enojo y mostrar misericordia.

Decide hoy perdonar a quien te hizo daño: cancela la deuda, borra la cuenta, rompe el pagaré. No pienses que debes olvidar para perdonar, porque eso puede que nunca suceda. Perdonar es una decisión y depende sólo de ti.

Oración: Señor, quiero perdonar, cancelar la deuda de quienes me hicieron daño. Ayúdame Señor a entender lo que es el verdadero perdón. Amén.

Versículo base: Porque si perdonáis a los hombres sus ofensas, os perdonará también a vosotros vuestro Padre celestial; mas si no perdonáis a los hombres sus ofensas, tampoco vuestro Padre os perdonará vuestras ofensas.  (RV1960) Mateo 6: 14-15

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