Pecados arraigados

“O Aprendiz” fue un reality show de emprendimiento, reproducido por un canal de televisión en Brasil, y entre 2004 y 2014, emitido en 10 temporadas consecutivas. El programa consistía en la realización de tareas empresariales, donde al final, uno de los participantes sería elegido para ser socio del presentador, el famoso empresario brasileño, Roberto Justus.

En el “Aprendiz #04”, realizado en 2006, en el octavo episodio, una de las tareas consistía en realizar un evento de marketing para la empresa Claro. Uno de los equipos, al no encontrar un lugar para realizar el evento, decidió hacerlo en una vía pública, sin el permiso de la alcaldía. Cuando los consejeros del programa, preguntaron qué pasaría si la policía llegara a intervenir en ese lugar, uno de los participantes del equipo respondió:
– “Ningún problema, tengo 100 reales en el bolsillo. Sólo voy a llamar al policía a un lado y arreglare el asunto con él”.

Sobra decir que el equipo perdió la tarea y que el líder del equipo y el participante que mencionó un posible soborno fueron eliminados del programa.

Sin embargo, lo que más llamó la atención fue que, a pesar de estar sendo grabado, aún sabiendo que sus palabras serían transmitidas por televisión en red nacional, ese participante no dudó en mencionar un posible soborno como solución a un inconveniente. Y esto simplemente demuestra el mal arraigado en nuestra cultura. Ese participante consideró que pagar un soborno era algo “normal” y ni siquiera le dio vergüenza mencionarlo. Éste es el pecado arraigado.

El pecado arraigado es todo aquel pecado que cometemos sin siquiera darnos cuenta.

Nosotros, los cristianos, también podemos tener pecados profundamente arraigados. Algunos “pecados” pueden tener su raíz en nuestra conducta y es posible que ni siquiera seamos conscientes de ellos. Pecados como el chisme, la crítica, la constante insatisfacción y queja o ignorar las necesidades de los demás, son solo algunos ejemplos de conductas que podemos tener, sin siquiera darnos cuenta de que es pecado.

Reflexiona ahora sobre conductas que puedas tener que sean pecaminosas y habituales: hablar mal de un hermano, criticar a todos y a todo, quejarte del trabajo, de los vecinos o del pastor. Cuando identifiques alguna conduta pecaminosa, ora y pide perdón a Dios por ese pecado. Y cambia tu actitud.

Pecados arraigados – Devocional Diario

Oración: Señor, no quiero tener pecados arraigados. Libérame Señor de estos hábitos pecaminosos que tengo y que ni siquiera me doy cuenta que son pecados. Amén.

Versículo base: Quiero que entiendan lo que realmente importa, a fin de que lleven una vida pura e intachable hasta el día que Cristo vuelva. (ACF) Filipenses 1:10

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