Paz que no depende de las circunstancias

La vida del profeta Daniel fue extraordinaria. Experimentó una total dependencia de Dios, más profunda e intensa que yo pueda experimentar jamás. Y uno de los momentos más impactantes en su vida, y también más conocidos en la história de Daniel, fue cuando fue arrojado al foso de los leones.

Esta historia es bien conocida, pero hay un detalle en ella que es necesario destacar.

Podemos encontrar el relato completo en el capítulo 6 del libro de Daniel. Pero la palabra de Dios nos dice que Daniel se destacaba entre los altos funcionarios del rey, al punto que el rey pensaba en ponerlo a gobernar todo el imperio. Sus “colegas” comenzaron a preocuparse por Daniel y a buscar defectos en su conducta, pero no encontraron nada. Entonces, se dieron cuenta de que la única manera de destruir a Daniel era usar algo relacionado con su Dios. Convencieron al rey para que firmara un decreto que prohibía cualquier oración, a cualquier dios, durante 30 días y que cualquiera que no cumpliera con este decreto debía ser arrojado al foso de los leones. Sus rivales hicieron esto porque sabían que Daniel oraba a Dios 3 veces al día y pensaban que posiblemente no cumpliría con este decreto. Y eso fue exactamente lo que pasó. Daniel fue sorprendido orando, arrestado, condenado y arrojado al foso de los leones.

Pero ahora llegamos al detalle que me gustaría resaltar en esta reflexión. Y este detalle, está registrado en el versículo 18. Dice: “Luego el rey regresó al palacio y pasó la noche en ayuno. Rechazó sus entretenimientos habituales y no pudo dormir en toda la noche”.

La palabra no dice cómo pasó Daniel esa noche. Pero yo me puedo imaginar a Daniel, durmiendo plácidamente, abrazado y calentado por los leones. Y mientras tanto, el rey, en su palacio, en medio de todo su lujo y comodidad, no podía dormir.

Mi amado hermano, si nuestra fe está puesta en el Señor y si nuestras acciones son justas, podremos dormir tranquilos, incluso en medio de leones. Pero si nuestras acciones son injustas y alejadas de la voluntad de Dios, no podremos dormir, ni siquiera en un palacio.

Así experimentarán la paz de Dios, que supera todo lo que podemos entender, como nos dice Filipenses 4:7. No depende de nuestras circunstancias. Por tanto, nadie podrá entenderlo. Y ésta es la paz que busco yo: dormir, aún entre los leones.

Paz que no depende de las circunstancias – Devocional Diario

Oración: Señor, quiero tu paz, esa paz que sobrepasa todo entendimiento. Quiero confiar en ti, incluso si hay leones a mi alrededor. Amén.

Versículo base: Entonces, finalmente el rey ordenó que arrestaran a Daniel y lo arrojaran al foso de los leones. El rey le dijo: «Que tu Dios, a quien sirves tan fielmente, te rescate». Así que trajeron una piedra y la colocaron sobre la boca del foso. El rey selló la piedra con su sello real y los sellos de sus nobles para que nadie pudiera rescatar a Daniel. Luego el rey regresó al palacio y pasó la noche en ayuno. Rechazó sus entretenimientos habituales y no pudo dormir en toda la noche. Muy temprano a la mañana siguiente, el rey se levantó y fue deprisa al foso de los leones. Cuando llegó allí, gritó con angustia: —¡Daniel, siervo del Dios viviente! ¿Pudo tu Dios, a quien sirves tan fielmente, rescatarte de los leones? Y Daniel contestó: —¡Que viva el rey! Mi Dios envió a su ángel para cerrarles la boca a los leones, a fin de que no me hicieran daño, porque fui declarado inocente ante Dios y no he hecho nada malo en contra de usted, su majestad. El rey se alegró mucho y mandó que sacaran a Daniel del foso. No tenía ningún rasguño, porque había confiado en su Dios. (NTV) Daniel 6:16-23

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