Nuestro origen

Un libro abierto. Salmos 139:16

Brasil tiene la mayor población del mundo de origen japonés, fuera de Japón, por supuesto. Hay aproximadamente 1,5 millones de “Nikkei”, el nombre dado a los descendientes de japoneses nacidos fuera de Japón. La primera gran inmigración de japoneses a Brasil ocurrió en 1908, cuando llegó un barco con 781 japoneses. Y desde entonces, la población japonesa ha estado creciendo en el país vecino.

Quizás nunca lo supiste, pero cada generación “Nikkei” tiene un nombre que identifica su grado de descendencia. Un “nissei“, por ejemplo, es hijo de japoneses. Un “sansei” es nieto de japoneses y un “younsei” es bisnieto de japoneses. “Issei” es el nombre dado al inmigrante japonés (nacido en Japón).

Me resulta extremadamente interesante la preservación de los orígenes de un pueblo o una cultura. Aun viviendo en tierras lejanas, siempre es bueno recordar y saber de dónde venimos. Por ejemplo, como buen gaucho-brasileño que soy, no renuncio a mi “chimarrão” ni a los “churrascos” de domingo, aún viviendo en “tierras lejanas“, en Colombia.

Tampoco debemos olvidar que, además de nuestros orígenes terrenales, hay un origen mayor y más importante que debemos conocer. Nuestro primer origen fue en el corazón de Dios. “Antes de formarte en el vientre, ya te había elegido; antes de que nacieras, ya te había apartado“, Jeremías 1: 5. Sí, incluso antes de que estuvieras en el vientre de tu madre, ya estabas en el corazón de Dios. Fuiste elegido. Y después de nacer en el corazón de Dios, el te tejió en el vientre de tu madre: “Tú creaste mis entrañas; me formaste en el vientre de mi madre”, Salmo 139: 13. Nuestro creador acompañó cada etapa de su gestación y comenzó a planear sus días aquí en la tierra. “Tus ojos vieron mi cuerpo en gestación: todo estaba ya escrito en tu libro; todos mis días se estaban diseñando, aunque no existía uno solo de ellos”, Salmo 139: 16.

Antes de que nacieras en algún país, con cierta descendencia o en determinada cultura, naciste en el corazón de Dios. Esto es mucho más grande y más importante que cualquier descendencia, raza u origen que tengas.

¡Eres la creación de Dios! ¡Alabado sea el nombre de Dios por tu vida!

Oración: Señor, hoy puedo entender que antes de nacer, yo estaba en tu corazón y que todos mis días fueron planeados por ti. ¡Amén!

Versículo base: Tú creaste las delicadas partes internas de mi cuerpo y me entretejiste en el vientre de mi madre. ¡Gracias por hacerme tan maravillosamente complejo! Tu fino trabajo es maravilloso, lo sé muy bien. Tú me observabas mientras iba cobrando forma en secreto, mientras se entretejían mis partes en la oscuridad de la matriz. Me viste antes de que naciera. Cada día de mi vida estaba registrado en tu libro. Cada momento fue diseñado antes de que un solo día pasara.. (NTV) Salmos 139: 13-16

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