No te lo lleves a la casa
No te lleves esa ofensa a la casa! Lleva la paz!
En general, el que dice que “no acepta una ofensa” es justamente quien la acepta. No solo la acepta, sino que la coloca en un marco en la sala de su casa y le da a la ofensa más importancia y prominencia que cualquier otro. Si por una “incomodidad” peleo, lanzo una choza, me pongo el dedo en la cara e insulto, esas actitudes hablan más de mi que del otro.
La Biblia me enseña que si quiero tener paz con los demás, primero debo tener paz conmigo mismo. Los que tienen paz interior no le dan mucha importancia a lo que viene del exterior. Porque la paz interior es mayor que el conflicto externo.
Si tengo paz interior, simplemente puedo ignorar lo que sucede a mi alrededor y no permitir que importe más de lo que debería. ¡Si tienes paz contigo mismo, tendrás paz con todos! Ese es el secreto!
Deje la ofensa donde está, no la lleve a su casa. ¡Lleva a la paz que ya está dentro de ti!
Oración: Señor, te pido tu paz, esa paz que sobrepasa todo entendimiento. ¡Enséñame a controlar mis emociones y siempre toma paz conmigo, donde sea que camine! Amén
Versículo base: Busquen la paz con todos, y la santidad, sin la cual nadie verá al Señor. (NVI) Hebreus 12:14