No podemos cambiar a los demás

Imagen de un árbol, mitad verde y mitad seco

No puedo cambiar a los demás. Por mucho que insista y me esfuerce, es posible que no tenga resultados reales y me dé cuenta que las personas a mi alrededor no cambian su comportamiento. Pero hoy quiero hablarte de algo asombroso: tu si, puedes cambiar.

Ciertamente lo has escuchado en alguna parte, pero es cierto y hay que decirlo de nuevo: la transformación comienza contigo mismo, no con el otro. ¿Quieres un hogar de paz? Sea usted un pacificador. ¿Quieres más optimismo a tu alrededor? Sea una persona optimista. ¿Quieres colegas más dedicados en el trabajo? Seas tú el más dedicado de todos.

Cuando Pablo escribió a los Romanos en el capítulo 12 y en el versículo 2, dijo: “No se amolden al mundo actual, sino sean transformados mediante la renovación de su mente.” Veamos, Pablo advirtió que la transformación debe ocurrir en ti y no en las personas que te rodean. Él sabía que el “molde” a su alrededor no era el correcto. Pero cuando viene a traer la solución, no habla de los demás, habla de ti, habla de mí.

Antes de cambiar a otros, sé el cambio tú mismo. Antes de intentar transformar a quienes te rodean, sé tú la transformación que esperas ver en ellos.

Oración: Señor, quiero ser el cambio que espero ver en los demás. ¡Amén!

Versículo base: No se amolden al mundo actual, sino sean transformados mediante la renovación de su mente. Así podrán comprobar cuál es la voluntad de Dios, buena, agradable y perfecta. (NVI) Romanos 12:2

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