No eres un accidente
Para que ocurra un accidente de tránsito, debe estar presente uno de estos 3 elementos:
1. El incumplimiento de una norma o ley: pasarse un semáforo en rojo, no respetar la preferencia en un cruce, no cruzar la calle por la cebra o paso peatonal, etc.
2. Un fallo en el vehículo o en el conductor: un fallo en los frenos, una avería mecánica, un malestar del conductor, etc.
3. Falta de atención: distracción con el móvil, conversaciones en el carro, pensamientos distantes, falta de atención a lo que nos rodea.
Según el diccionario, un accidente “es cualquier suceso desagradable o desafortunado que implique daño, pérdida, sufrimiento o muerte. Es un suceso casual, fortuito, inesperado”.
Dada esta definición y los ejemplos anteriores, ahora puedo decir: no eres un accidente.
No naciste por el incumplimiento de una norma o ley. No naciste por un fallo. No fue falta de atención. No eres un suceso desagradable o desafortunado, ni tampoco eres casual, fortuito o inesperado.
Y quizás ahora mismo estás pensando:
-“Soy un accidente, porque no fui planeado, he nacido por la falta de cuidado de mis padres.”
– “Soy un accidente, porque soy fruto del adulterio”.
-“Soy un accidente, sólo nací porque falló el anticonceptivo”.
– “Soy un accidente, porque fui un suceso desagradable para mis padres”.
¡No! No eres un accidente, porque estar aquí hoy y estar vivo no tiene absolutamente nada que ver con tus padres. No fuiste creado por ellos. Por mucho que quisieran, tus padres nunca podrían darte la vida.
Eres creación de Dios, no de tus padres. Y Dios no te creó por accidente. Él no estaba distraído y “plim”, naciste tú. Él no violó ninguna regla o ley para crearte. No le trajiste tristeza ni sufrimiento cuando naciste. Al contrario, Dios celebró el día de su nacimiento. No, no eres un accidente. Eres el maravilloso plan de Dios para este mundo.
Mi tendencia natural es relacionar todo con los hombres y con este mundo, ignorando que Dios es quien da la vida, y fue quien planeó mi llegada a este mundo. Si estoy en este mundo, no fue por accidente, ni por nada que mis padres hicieran o dejaran de hacer. Estoy aquí porque Dios así lo quiso.
Oración: Señor, ahora entiendo que no soy un accidente. No vine a este mundo por mis padres o por lo que ellos querían o no querían en sus vidas. Estoy aquí por tu voluntad. Amén.
Versículo base: Yo soy Dios, tu creador; yo te formé desde antes que nacieras, y vengo en tu ayuda. (BTLA) Isaías 44:2a