Necesitamos aprender a orar
Cuando estudio la palabra de Dios, puedo encontrar múltiples formas de orar. Y aunque Jesús nos ha dejado un modelo, cuando oro el “Padre Nuestro”, no significa que ha rechazado otras formas de oración que encontramos registradas en la Biblia. Él mismo oró de diferentes maneras, como por ejemplo podemos ver en el Getsemaní y en la misma cruz.
Por lo tanto, puedo aprender en la palabra de Dios, que puedo (y debo) orar de múltiples maneras y según mis circunstancias.
Cuando Moisés se paró ante la zarza ardiente, expuso ante Dios sus temores y sus luchas: “Señor, yo nunca me he distinguido por mi facilidad de palabra objetó Moisés. Y esto no es algo que haya comenzado ayer ni anteayer, ni hoy que te diriges a este servidor tuyo. Francamente, me cuesta mucho trabajo hablar.” Éxodo 4:10
Ana, cuando oró, eligió glorificar el nombre de Dios y reconocer su grandeza y santidad: “Ana elevó esta oración: ‘Mi *corazón se alegra en el Señor; en él radica mi poder. y burlarme de mis enemigos. ‘Nadie es santo como el Señor; no hay *roca como nuestro Dios. ¡No hay nadie como él! ‘Dejen de hablar con tanto orgullo y altivez; ¡no profieran palabras soberbias! El Señor es un Dios que todo lo sabe, y él es quien juzga las acciones.” 1 Samuel 2: 1-3
David, en su oración registrada en el Salmo 51, clama por el perdón de sus pecados: “Ten compasión de mí, oh Dios, conforme a tu gran amor; conforme a tu inmensa bondad, borra mis transgresiones. Lávame de toda mi maldad y límpiame de mi pecado. Yo reconozco mis transgresiones; siempre tengo presente mi pecado.” Salmo 51: 1-3
Necesitamos aprender a orar. No más frases repetidas, oraciones automáticas, patrones establecidos por hombres. Cuando ore, vaya a su habitación, cierre la puerta y derrame su corazón ante Dios. Ore según lo que sienta en ese momento. Ore según el momento que esté viviendo. A Dios no le interesa la riqueza de las palabras de tu oración, la estructura, elocuencia o cuánto dura. Solo quiere un corazón sincero. “Acerquémonos, pues, a Dios con corazón sincero y con la plena seguridad que da la fe”, Hebreos 10:22.
Oración: Señor, quiero orar con sinceridad de corazón, no con vanas repeticiones o estructuras prefabricadas. Y gracias Señor, por escuchar mi oración, en todos momentos. ¡Amén!
Versículo base: Acerquémonos, pues, a Dios con corazón sincero y con la plena seguridad que da la fe, interiormente purificados de una conciencia culpable y exteriormente lavados con agua pura.