Muévete rápido para hacer el bien

Serie: Los fundamentos de una vida bien vivida!
Escrita por Mario Velandia – El camino para la Sanidad

“No dejes de hacer el bien a todo el que lo merece, cuando esté a tu alcance ayudarlos”.

Proverbios 3:27 (NTV)

Hemos hablado durante los últimos días sobre cuándo moverse rápido en respuesta al Espíritu de Dios. Esto es lo que hemos dicho hasta ahora: obedece rápidamente cuando Dios te dice que hagas algo. Muévete rápido cuando necesites perdonar o pedir perdón. Se rápido para cumplir tus promesas a Dios. Y cuando te enfrentes a la tentación, ¡corre!

Hoy vamos a ver dos momentos más cuándo debes moverte rápido.

En primer lugar, actúa con rapidez cuando tengas la oportunidad de hacer el bien. La Biblia dice una y otra vez: cuando veas una oportunidad de hacer algo bueno por otra persona, hazlo inmediatamente.

Dios pondrá en tu vida, personas con necesidades. Sus necesidades pueden ser físicas. Algunas pueden ser emocionales, como la necesidad de amabilidad o ánimo. Proverbios 3:27 dice: “No dejes de hacer el bien a todo el que lo merece, cuando esté a tu alcance ayudarlos”. La Biblia dice en Eclesiastés 11:4: “Si esperas condiciones perfectas, nunca realizarás nada” (NBV).

Nunca hay un momento “perfecto” para hacer algo. Además, ninguno de nosotros tenemos garantizado, incluso el mañana. En Juan 9:4 Jesús dice: “Tenemos que cumplir con el trabajo del que me envió. Viene la noche cuando ya nadie pueda trabajar” (NBV).

Otro momento en que debes moverte rápidamente y este es el más importante, es cuando Dios te ofrece la salvación. Dios te ha ofrecido salvación y hoy es el día para aceptarla. Cuando dices, “Todavía no”, realmente le estás diciendo no a Cristo. La Biblia dice en 2ª Corintios 6:2: “Ahora mismo es el tiempo favorable de Dios; hoy es el día de la salvación” (NBV).

¿Cómo aceptas la salvación? Te alejas de ti mismo y vas hacia Dios. Confías en que Cristo entrará en tu vida, que Él perdona tus pecados y te hace quien Él quiere que seas. Si quieres comenzar aceptando la salvación de Dios, puedes orar algo como esto: “Señor Jesús, quiero conocerte personalmente. Gracias por morir en la cruz por mis pecados. Abro la puerta de mi vida y te recibo como mi Salvador y Señor. Gracias por perdonarme mis pecados y darme vida eterna. Toma control de mi vida. Hazme el tipo de persona que quieres que sea. Amén.” Decir sí a la salvación es la mejor manera de comenzar el año nuevo.

Reflexiona sobre esto:
¿Recuerdas a alguien que haya hecho algo bueno en tu vida el año pasado? ¿Cómo se sintió eso?
¿Qué oportunidades de hacer algo bueno has estado posponiendo? Elige una de esas cosas y actúa hoy.
¿Has dicho sí a la oferta de salvación de Dios? Si no, relee la oración al final del devocional. ¿Es algo que estás listo para orar hoy? Recuerda, “no decidir es decidir”.

RECUERDA: ¡ERES UNA BENDICIÓN!

Devocional escrita por Mario Velandia

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