Lo que se siembra, se cosecha

Quizás la ley bíblica más ignorada por la humanidad, e incluso por los cristianos, sea ésta, registrada en Gálatas, en el capítulo 6: “Lo que se siembra, se cosecha”. Somos egoístas y cosechamos el egoísmo de los demás. Somos indiferentes a las necesidades del prójimo y lo que cosechamos es también indiferencia a nuestras necesidades. No soy amable con mi esposa y recibo el mismo trato de ella. Les grito a mis hijos y me sorprendo cuando veo que me gritan. Esta es exactamente la ley de la siembra y la cosecha.

Así que solo piensa en lo que falta en tu vida. Si falta amor, siembra más amor. Si falta la paz, sé pacífico con tu prójimo. Si falta dinero, invierte más, da más. Si falta la esperanza, siembra la fe.

Piensa que pasaría si el hijo de Dios, Jesús, estuviera aquí en la tierra y nos dejara un consejo. ¿Por qué no lo seguiríamos? Si Él es Dios y creador de todas las cosas, y nos dice algo que debemos hacer, ¿no crees que sería algo que deberíamos considerar hacer todo el tiempo? Porque Él nos dijo: “Por eso, todo cuanto quieran que los hombres les hagan, así también hagan ustedes con ellos”, Mateo 7:12.

Todo lo que tienes en tu vida hoy es el resultado de lo que sembraste. Si los frutos no te gustan, empieza por revisar la siembra.

Oración: Señor, quiero revisar lo que he sembrado. Muéstrame lo que he estado sembrando que no me ha dado buenos frutos. Amén.

Texto base: No se engañen ustedes: nadie puede burlarse de Dios. Lo que se siembra, se cosecha. El que siembra en los malos deseos, de sus malos deseos recogerá una cosecha de muerte. El que siembra en el Espíritu, del Espíritu recogerá una cosecha de vida eterna. Así que no debemos cansarnos de hacer el bien; porque si no nos desanimamos, a su debido tiempo cosecharemos. (BDHH) Gálatas 6:7-9