Leal hasta la muerte
Un caballo puede ser leal hasta la muerte.
Un hombre puede hacer que un caballo supere todos sus límites físicos y cabalgar hasta su muerte, o dar un salto que el caballo sabe que es imposible de realizar, poniendo en riesgo su vida o su integridad física. La lealtad del caballo es tal que, si su jinete lo requiere, cabalgará sin parar hasta que su corazón explota y muere. Tampoco se negará a saltar por un acantilado, si está lo suficientemente entrenado para obedecer.
Al igual que un caballo es leal hasta la muerte, debo ser yo, un fiel seguidor de los mandamientos de Dios, cueste lo que cueste. Así como Abraham, llevó a su hijo Isaac para ser sacrificado, porque Dios se lo había pedido (Génesis 22), así como David arriesgó su vida frente al gigante Goliat (1 Samuel 17) y de la misma manera, como Moisés, se detuvo ante un Faraón para exigir la liberación de su pueblo (Éxodo 5), debo ser fiel a lo que Dios manda, sin importar si me costará la vida.
Y si por un lado, un hombre puede querer el mal para su caballo, puedo tener confianza en que Dios quiere lo mejor para mi vida. Un caballo puede morir por su lealtad a un hombre malo. Pero yo puedo estar seguro de que los planes de Dios para mi vida son los mejores: “Pues yo sé los planes que tengo para ustedes —dice el Señor—. Son planes para lo bueno y no para lo malo, para darles un futuro y una esperanza.”
Decide hoy ser leal a Dios, incluso hasta la muerte, si es necesario. Porque incluso en la muerte, los planes de Dios siguen siendo mejores, ya que estaremos con Él en Su gloria.
Oración: Señor, decido serte fiel, hasta la muerte. Que no tenga miedo de hacer cualquier cosa que me pidas. Amén
Versículo base: “Pues yo sé los planes que tengo para ustedes —dice el Señor—. Son planes para lo bueno y no para lo malo, para darles un futuro y una esperanza”. (NTV) Jeremias 29:11