La visión de la libélula

Imágenes de dos Libelulas
DISPONIBLE TAMBIÉN EN AUDIO

La maravillosa creación de Dios me impacta cada vez que la estudio más profundamente. Las maravillas de la creación de nuestro Señor también nos enseñan y muestran su poder y grandeza. Estaba leyendo sobre la libélula, que es uno de los insectos más antiguos del planeta y de quien no sabía mucho al respecto. Las libélulas tienen sus huevos cultivados en agua y pueden pasar hasta 5 años en su proceso de formación acuática. Después de eso, salen a la superficie para “secarse” y literalmente cambiar de cuerpo, terminando su proceso de metamorfosis. Ya formada, la Libélula se convierte en una excelente cazadora, pudiendo volar a una velocidad de hasta 80 km/h. Pero la característica más impresionante es su visión de 360 ​​grados. Gracias a la formación de sus ojos compuestos por más de 30.000 facetas, la libélula puede ver todo lo que la rodea.

Sería un privilegio tener una visión de 360 ​​grados, que nos permita ver todo lo que pasa a nuestro alrededor. Pero nuestra visión limitada no se debe a la falta de visión de 360 ​​grados, ya que, muchas veces, ni siquiera vemos lo que tenemos por delante.

En el texto de hoy, Jesús llega a una ciudad llamada Jericó. Un ciego preguntó quién pasaba. Al enterarse que era Jesús, ese hombre comenzó a gritar desesperado: ¡Jesús, Hijo de David, ten misericordia de mí!Y el relato nos dice que los que lo rodeaban lo reprendían para que se callara. En la visión limitada de estas personas, ese hombre necesitado que clamaba por misericordia, solo estaba “molestando” al maestro. Pero el ciego, con su visión completa de la situación, sabía que Jesús era su única esperanza. Y así fue sanado.

Cuando tenemos un problema, necesitamos tener una visión de 360 ​​grados. Debemos ver a Cristo y recordar que él es nuestra esperanza. Y si sabemos que Cristo está allí con nosotros, podemos clamar por misericordia, y Él nos escuchará, incluso si todos a nuestro alrededor, con sus puntos de vista limitados, nos dicen que guardemos silencio.

Clama a Jesús hoy y él te escuchará.

Oración: Señor, ten piedad de mí. Sácame de mi apuro. ¡Amén!

Versículo base: Entonces gritó: “¡Jesús, Hijo de David, ten misericordia de mí!”. Y los que iban delante lo reprendían para que se callara, pero él gritaba mucho más: “¡Hijo de David, ten misericordia de mí!”. Jesús se detuvo y ordenó que lo trajeran; y cuando estuvo cerca, le preguntó: “¿Qué deseas que haga por ti?”. “Señor, que recobre la vista”, contestó el ciego. Jesús entonces le dijo: “Recibe la vista, tu fe te ha sanado”. (NBA2005) Lucas 18:38-42

Loading

Compartilhe:

Adicionar um Comentário

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *