La prueba de la servilleta
La prueba de la servilleta es un ejercicio simple que cualquiera puede hacer en una reunión con amigos y familiares. Consiste en que compras dos paquetes de servilletas: el primero es la común servilleta blanca que todos conocemos, y el segundo es una servilleta diferente, con mejor textura, preferiblemente en un color muy llamativo como el rojo o el azul. La prueba consiste en dejar las dos servilletas a disposición de los invitados. ¿Qué descubrirás con este test? Que la servilleta blanca común, tus familiares la tomarán sin ningún cuidado ni “economía”, posiblemente tomarán más de una a la vez y luego la tirarán, mientras que la otra servilleta, de color, con mejor textura y más bonita, tendrá un tratamiento diferente. Quien la tome, probablemente usará una a la vez y será tomada con más cuidado.
La prueba muestra por qué las personas bien vestidas reciben un mejor trato. Hay un instinto natural de tratar mejor lo que se ve mejor, más bonito, más ordenado. No hacemos esto porque seamos “personas malas o perjuiciosas“, sino porque nuestro instinto nos lleva a hacerlo.
Por eso siempre debemos cuidar nuestra apariencia y esforzarnos por causar una buena impresión. Vestirse bien para ir al trabajo o a una reunión, mejorar nuestro vocabulario, leer más, usar perfume. Son detalles que pueden marcar la diferencia en nuestra vida y abrirnos nuevas oportunidades, además de hacernos más amigables y atractivos para las personas con las que interactuamos.
Sé que la Biblia condena a cualquiera que juzgue por las apariencias. Sin embargo, Dios mismo hizo bellas todas las cosas: las flores, el mar, las montañas y el mismo ser humano. Así que no hay razón para no estar bien vestido. Dios te aceptará con lo que te pongas, pero los humanos son más amables con los que se visten mejor. Esta es una realidad que no debe ser ignorada.
Oración: Señor, sé que no juzgas por la apariencia, pero también sé que todo lo que has hecho es hermoso. Por eso quiero presentarme bien vestido ante ti y los hombres. ¡Amén!
Versículo Base: “Fíjense cómo crecen los lirios. No trabajan ni hilan; sin embargo, les digo que ni siquiera Salomón, con todo su esplendor, se vestía como uno de ellos. Si así viste Dios a la hierba que hoy está en el campo y mañana es arrojada al horno, ¡cuánto más hará por ustedes, gente de poca fe!” (NVI) Lucas 12:27-28