La oscuridad
Leemos en Génesis que Dios creó los cielos y la tierra, pero había oscuridad sobre la faz del abismo. Entonces Dios creó la luz (Génesis 3: 3). La primera providencia de Dios nuestro creador fue traer luz a un mundo que estaba en la oscuridad. Más tarde, Jesús les diría a sus discípulos: “Ustedes son la luz del mundo”.
Entonces, me recuerdo que la oscuridad no es más que la ausencia de luz. Y si la luz brilla, nada puede hacer la oscuridad. La oscuridad no puede esconderse ni tampoco hacer fuerza para vencer la luz. Es la luz y su intensidad que determina cuán alumbrado será un lugar. Es decir, la luz vence a la oscuridad solo con su presencia, sin necesidad de ningún esfuerzo. Tan solo necesita estar allí.
Si Jesús nos llamó a ser la luz del mundo, ¿qué nos impide brillar? Si la luz de Cristo brilla en nosotros, ¡nada puede hacer la oscuridad!
Somos luz cuando traemos una palabra de esperanza a quienes no la tienen. Somos luz cuando vivimos de acuerdo con las enseñanzas de Cristo. Seamos entonces, tú y yo, la luz que este mundo necesita.
Oración: Señor, mi deseo es ser luz para un mundo que está en la oscuridad. Ayúdame, Señor, a brillar la luz de Cristo a través de mi hablar, mi actuar y mi caminar. Amén!
Versículo base: “Ustedes son la luz del mundo. Una ciudad en lo alto de una colina no puede esconderse. Ni se enciende una lámpara para cubrirla con un cajón. Por el contrario, se pone en la repisa para que alumbre a todos los que están en la casa.” (NVI) Mateo 5: 14-15
Saludo Bernardo, gracias por recordame que Jesis es mi luz y el quiere que seamos luz para otros.