La mejor de todas las ideas

Se dice que un joven tuvo una idea. Esta fue la mejor de todas las ideas. Nunca se había pensado en algo tan brillante y las posibilidades de éxito eran enormes. Este joven entonces comenzó a planificar todo, organizó un cronograma, describió el paso a paso detallado. Cuanto más avanzaba con su proyecto, más seguro estaba de que realmente era una gran idea. Fue cuando un día, decidió contarle a alguien su idea. Eligió a su mejor amigo, quien, aunque no tenía mucha educación y nunca había llevado a cabo ningún proyecto exitoso, fue elegido para conocer su idea. Este joven entonces le contó todo a su amigo, con entusiasmo y en un relato rico en detalles. El amigo, sin embargo, se puso a criticar el proyecto: “Eso no va a funcionar“, dijo, “si fuera tan fácil, alguien ya lo habría hecho“, agregó, y “hay mucha gente mejor que tú en este mercado“, fue su remate final en los comentarios negativos. El resultado fue el desánimo y ese proyecto nunca llegó a salir del papel. Se sabe que hasta el día de hoy, esa fue la mejor idea que jamás se pensó, pero nunca fue ejecutada.

Pedir consejo es de sabios y la Biblia nos enseña mucho al respecto. Sin embargo, no siempre recibimos el consejo de la persona más adecuada. Y por eso, hay que evitar que las palabras de los demás tengan un efecto sobre nuestras emociones, y que solo tenga impacto en nuestra razón. ¿Qué quiero decir con esto? Al pedir consejo sobre una idea o proyecto, no permita que los comentarios que se hicieron impacten sus emociones, causando desánimo o euforia. Simplemente considere racionalmente los argumentos dados, cuestione, reflexione.

Por otro lado, hay uno que es el mejor de todos los consejeros. Este consejero es nuestro Dios, creador de todas las cosas. Cuando le pedimos su consejo, podemos ver un Dios que nos direcciona, que mueve nuestras emociones en la dirección e intensidad correctas: “Porque Dios es quien obra en ustedes tanto el querer como el hacer, para Su buena intención”.

Oración: Señor, quiero recibir de ti la debida orientación para mis proyectos y no quiero que mis emociones se vean afectadas por lo que digan los demás. Amén.

Versículo base: Porque Dios es quien obra en ustedes tanto el querer como el hacer, para Su buena intención. Hagan todas las cosas sin murmuraciones ni discusiones. (NBA2005) Filipenses 2:13-14