La Bíblia resumida
Nada impacta más que la vida de Jesús. Y es sorprendente ver la sabiduría de Jesús al explicar en tan pocas palabras el verdadero significado de las enseñanzas de Dios. En frases tan pequeñas como “aquel de ustedes que esté libre de pecado, que tire la primera piedra” (Juan 8: 7) o “denle al césar lo que es del césar y a Dios lo que es de Dios.” (Mateo 22:21).
Cuando preguntaran a Jesús cuál era el mandamiento más importante, el maestro lo resumió en tan solo dos ordenanzas: “Ama al Señor tu Dios con todo tu corazón, con toda tu alma, con todo tu entendimiento y con todas tus fuerzas”. y “ama a tu prójimo como a ti mismo”, Marcos 12: 30-31. Y eso tiene mucho sentido por muchas razones, pero enumeraré solo 5:
- Quien ama a Dios con todo su corazón busca una vida que agrade a Dios.
- Quien ama a Dios con todo su entendimiento busca en la palabra de Dios sus enseñanzas.
- El que ama a su prójimo como a sí mismo no mata, no comete adulterio, no da falso testimonio.
- El que ama a su prójimo como a sí mismo comprende que vino a este mundo para servir y no para ser servido.
- El que ama a su prójimo como a sí mismo no deja lugar para el odio y la violencia en su corazón.
Sí, la Biblia se puede resumir en amar a Dios y a nuestro prójimo. Si solo guardáramos estos 2 mandamientos, no sería necesario escribir ninguna otra ley. Sería suficiente cumplir el mandamiento de amar.
Oración: Señor, quiero aprender a amarte con todo mi corazón, con todo mi entendimiento, con toda mi alma y con todas mis fuerzas. Y quiero amar a mi prójimo como a mí mismo. Ayúdame, Señor, a reflejar tu amor en mí. Amén.
Versículo base: “Uno de los maestros de la ley se acercó y los oyó discutiendo. Al ver lo bien que Jesús les había contestado, le preguntó: –De todos los mandamientos, ¿cuál es el más importante? –El más importante es: ‘Oye, Israel. El Señor nuestro Dios, el Señor es uno* –contestó Jesús–. Ama al Señor tu Dios con todo tu corazón, con toda tu alma, con toda tu mente y con todas tus fuerzas.’ El segundo es: Áma a tu prójimo como a ti mismo.’ No hay otro mandamiento más importante que éstos.” (NVI) Marcos 12: 28-31