Justos entre las naciones
“Justos entre las Naciones” es un título otorgado por el estado de Israel, para honrar y reconocer a hombres y mujeres no judíos, que arriesgaron sus vidas o buscaron de alguna manera, salvar las vidas de judíos en el Holocausto, durante el régimen de la Alemania nazi. Hasta agosto de 2023, un total de 28.217 personas habían recibido el título, que pasó a ser otorgado en 1963. Investigaciones, entrevistas con descendientes de sobrevivientes, documentos históricos y otros, han sido las herramientas para identificar a miles de personas, que desde el anonimato, salvaron vidas. . Algunas de ellas, salvaron a una familia, otros salvaron a decenas, cientos o incluso miles de judíos. El hecho, es que cada una de estas más de 28 mil personas, dejaron su propia vida en un segundo plano, para salvar vidas inocentes y por eso hoy son llamados “justos entre las naciones”. De la lista de los justos entre las naciones, uno de los nombres más destacados, está Oskar Schindler, un industrial alemán que salvó a miles de judíos y cuya vida fue retratada en la película “La lista de Schindler“.
Pero hay algo que Adolf Hitler y Oskar Schindler tienen en común. El hecho de que ambos eran pecadores y necesitaban la gracia salvadora de Cristo. Cuando leemos Romanos, capítulo 3, desde los versos 10 al 12, encontramos que “No hay ni un solo justo, ni siquiera uno. Nadie es realmente sabio, nadie busca a Dios. Todos se desviaron, todos se volvieron inútiles. No hay ni uno que haga lo bueno, ni uno solo” Y llegando al versículo 23, la palabra dice que “todos hemos pecado; nadie puede alcanzar la meta gloriosa establecida por Dios”.
Parece fuerte o exagerado cuando leemos que “no hay ni un solo justo”. Porque nos gusta llamar “justos” a las personas que consideramos buenas. Olvidando muchas veces que ellos también son pecadores, al igual que las personas injustas o malas. Finalmente, quienes conocemos la palabra sabemos que no es por nuestras obras que seremos declarados justos. Sólo mediante el sacrificio de Cristo en la cruz podemos ser justificados.
Debo siempre recordar: no soy justificado por hacer buenas obras. Hago buenas obras porque soy justificado por Cristo.
Oración: Señor, reconozco que soy pecador y mis obras no me hacen justo. Es por la gracia y la misericordia de Cristo que soy justificado. Amén.
Versículo base: Como dicen las Escrituras: «No hay ni un solo justo, ni siquiera uno. Nadie es realmente sabio, nadie busca a Dios. Todos se desviaron, todos se volvieron inútiles. No hay ni uno que haga lo bueno, ni uno solo». (NTV) Romanos 3:10-12