Jesús, la fuente de agua viva

Me gusta mucho observar cómo la Biblia ha usado de simbologías para que podamos entender más fácilmente las verdades de nuestro creador. Y cuando hablamos de Jesús específicamente, podemos ver que él es nuestra luz (Juan 8:12), el pan de vida (Juan 6:35), el camino (Juan 14:6), él es pastor (Juan 10 :11). ) y también cordero (Juan 1:29) y león (Apocalipsis 5:5). Además de estas definiciones (y muchas otras) para nuestro Señor, una de ellas es bastante interesante. Jesús es llamado la fuente de agua viva o el agua de vida. Y quizás la referencia más importante a esta simbología la encontramos en el capítulo 4 de Juan, en el encuentro de Jesús con la samaritana, junto a un pozo.

Es interesante estudiar esta referencia a Jesús como fuente de agua viva. Como sabemos, el agua es la fuente de vida más importante. Es el elemento más importante que tenemos en nuestro organismo y en la naturaleza, ya que sin él no existiría ningún tipo de vida en nuestro planeta. El agua no solo hidrata nuestro cuerpo, también hidrata el suelo, mantiene viva la vegetación y todo el ecosistema. Quite el agua y no habrá más vida, así de simple. Y no en vano, el 70% de nuestro planeta está cubierto por agua, ya sea en estado líquido como océanos, mares, lagos y ríos, o en estado sólido como glaciares y nieve.

¡Así como no podemos vivir sin agua, tampoco podemos vivir sin Cristo! Un día sin agua nos deshidrata, así como un día sin buscar a Cristo nos hace más frágiles y susceptibles a la tristeza, la depresión y al vacío interior. Jesús es la fuente de vida eterna, el refrigerio de nuestra alma, nuestra agua viva.

Hoy quiero invitarte a que, durante 5 días, junto conmigo, busquemos la fuente de agua viva, para que nunca más tengamos sed.

Oración: Señor, quiero buscar la fuente de agua viva cada día. ¡Amén!

Versículo base: –Si supieras lo que Dios puede dar, y conocieras al que te está pidiendo agua –contestó Jesús–, tú le habrías pedido a él, y él te habría dado agua que da vida. (NVI) Juan 4:10