Estamos siendo observados

Un caso en Brasil ha cobrado gran repercusión en los últimos días. Un hombre, en una actitud totalmente inapropiada, tocó las partes íntimas de una mujer cuando ésta salía del ascensor. La mujer gritó y el guardia de seguridad del edificio la ayudó a recopilar imágenes de las cámaras en el ascensor y en el estacionamiento para que este hombre pudiera ser identificado. Fue denunciado por acoso sexual, despedido de su trabajo y arruinó su propia vida. Dada la repercusión del caso, su nombre quedará marcado para siempre y cualquier búsqueda en plataformas digitales sacará a relucir esta lamentable historia.

Este hombre pensó que su acto quedaría impune. Quizás lo hizo otras veces, sin consecuencias. Y sólo sufrió las consecuencias porque había una cámara instalada en el ascensor.

Estamos cada vez más vigilados. A diferencia de los años 80 o 90, hoy hay cámaras en las calles, en los ascensores y en los cascos de motociclistas y policías. Hay cámaras en teléfonos móviles y tabletas. Hay cámaras dentro de nuestras casas y apartamentos o en los pasillos de nuestro conjunto residencial. Cuando abres tu computadora portátil, una cámara apunta inmediatamente a tu cara y alguien puede activarla incluso desde la distancia, si logra instalar un virus en tu computadora. Lo que antes hacíamos en secreto ahora puede ser visto por miles o incluso millones de personas.

Sin embargo, la única “novedad” que ha traído la tecnología es la exposición de nuestras acciones a los ojos humanos. Porque delante de Dios, nuestros actos nunca estuvieron ocultos. Dios no necesita cámaras. Él lo sabe todo, lo ve todo, todo lo conoce. Incluso ve lo que hay en nuestros corazones. El conoce hasta la verdadera intención detrás de un acto de bondad.

Revisa hoy cada una de tus acciones. No por las cámaras, porque el juicio de los hombres será el menor de tus problemas cuando estés delante del Señor.

Oración: Señor, quiero ser justo delante de ti. Con cámaras o sin ellas, quiero ser justo, porque tus ojos siempre están puestos en mí. Amén.

Nada está oculto ante Dios

¹³ No hay nada en toda la creación que esté oculto a Dios. Todo está desnudo y expuesto ante sus ojos; y es a él a quien rendimos cuentas.

Hebreos 4:13 (NTV)

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