Es necesario pensar en el prójimo
Sucedió en 2002, en un aeropuerto de China. En un acto irresponsable por parte de dos pasajeras, una tercera persona terminó herida y necesitó atención médica.
Las dos pasajeras deciden “enviar” sus maletas por las escaleras mecánicas. Sin embargo, la primera maleta termina rodando escaleras abajo y golpeando a una mujer que está más abajo. La mujer aún intentó correr para evitar el golpe, pero no tuvo tiempo.
Puedes ver exactamente lo que pasó en el vídeo a continuación:
Este evento ilustra algo que sucede con mucha frecuencia en nuestras vidas. Tomamos medidas (a veces acciones estúpidas como ésta) sólo para resolver un problema particular, sin darnos cuenta de los riesgos para las personas que nos rodean. Estas pasajeras, al tener que bajar varias maletas, decidieron enviarlas “una a una”, por las escaleras mecánicas, sin pensar que podrían caerse y lastimar a alguien, como de hecho ocurrió.
Cuando conduzco por encima del límite de velocidad para no llegar tarde, estoy poniendo en riesgo la vida de otras personas para atender una necesidad particular. Cuando sé que mi esposa está cansada y aún así no hago nada para aligerar su carga, estoy pensando sólo en mí.
La palabra de Dios me enseña a considerar la necesidad de mi prójimo: “No se ocupen solo de sus propios intereses, sino también procuren interesarse en los demás.”. Esto significa que antes de hacer algo, necesito pensar si lo que voy a hacer tendrá o podría tener un impacto negativo en la vida de otra persona. Puedo tener una necesidad, pero si mi acción afecta a mi prójimo, debo reconsiderarla.
Oración: Señor, abre mis ojos, para ver siempre la necesidad de mi prójimo. Que pueda ser sabio en mis decisiones. Amén.
Con Cristo aprendemos a no pensar sólo en nuestros propios intereses
1 ¿Hay algún estímulo en pertenecer a Cristo? ¿Existe algún consuelo en su amor? ¿Tenemos en conjunto alguna comunión en el Espíritu? ¿Tienen ustedes un corazón tierno y compasivo?
2 Entonces, háganme verdaderamente feliz poniéndose de acuerdo de todo corazón entre ustedes, amándose unos a otros y trabajando juntos con un mismo pensamiento y un mismo propósito.
3 No sean egoístas; no traten de impresionar a nadie. Sean humildes, es decir, considerando a los demás como mejores que ustedes.
4 No se ocupen solo de sus propios intereses, sino también procuren interesarse en los demás.
5 Tengan la misma actitud que tuvo Cristo Jesús.
6 Aunque era Dios, no consideró que el ser igual a Dios fuera algo a lo cual aferrarse.
7 En cambio, renunció a sus privilegios divinos; adoptó la humilde posición de un esclavo y nació como un ser humano. Cuando apareció en forma de hombre,
8 se humilló a sí mismo en obediencia a Dios y murió en una cruz como morían los criminales.
Filipenses 2:1-8 (NTV)