El viaje es corto
Se cuenta que un joven subió a un autobús y se sentó bruscamente junto a un anciano, golpeándolo con su mochila y ocupando más espacio del que debería en el asiento. El anciano solo miró al joven, sonrió y le dijo:
– “Buenos días, joven.”
El joven, sin ningún respeto, respondió:
– “Mal día para ti, viejo asqueroso.”
Ese anciano, sin embargo, no reaccionó y mantuvo su pasividad y paz. Pronto, el joven, intrigado, preguntó:
– “Viejo, ¿por qué te dejas insultar de esa manera? ¿Por qué no reaccionas?”
Entonces el anciano respondió:
– “No tengo motivos para discutir por una ofensa tan insignificante. Y mi viaje a tu lado será muy corto, porque pronto me bajaré de este autobús”.
Sabias palabras del anciano: el viaje es corto. Y tal vez, sólo por eso, no deberíamos perder el tiempo con peleas y discusiones.
Siempre que recordamos una pelea pasada, nos resulta más fácil ver cuán irrelevante era la razón por la que discutimos. Más tarde, viendo las cosas en perspectiva, podemos notar que peleamos o discutimos por motivos triviales. Lo mejor es disfrutar el viaje, apreciar el paisaje, mantener la paz y evitar discusiones.
En el texto elegido para hoy, el apóstol Pablo escribe a un joven llamado Timoteo y le da esta recomendación: “no te metas en discusiones necias y sin sentido que solo inician pleitos. Un siervo del Señor no debe andar peleando, sino que debe ser bondadoso con todos, capaz de enseñar y paciente con las personas difíciles”.
Que hoy podamos, tú y yo, evitar discusiones tontas e inútiles, porque el viaje es corto. El día pasa rápido y los años también. Mejor es buscar la paz.
Oración: Señor, quiero evitar discusiones tontas e inútiles. Dame tu sabiduría, para entender que el camino es corto y que pasaré poco tiempo con esta persona que quiere discutir conmigo, para así, mantener mi paz. Amén.
Versículo base: Te repito: no te metas en discusiones necias y sin sentido que solo inician pleitos. Un siervo del Señor no debe andar peleando, sino que debe ser bondadoso con todos, capaz de enseñar y paciente con las personas difíciles. Instruye con ternura a los que se oponen a la verdad. Tal vez Dios les cambie el corazón, y aprendan la verdad. Entonces entrarán en razón y escaparán de la trampa del diablo. Pues él los ha tenido cautivos, para que hagan lo que él quiere. (NTV) 2ª Timoteo 2:23-26