El rey que vivió como un animal

“Las locuras del emperador” es una película infantil, producida por Disney, que retrata la vida de un Emperador, que se transformó en Llama. Y cuando la vi por primera vez, llegué a pensar que estaba inspirado en una historia bíblica, que encontramos registrada en Daniel 4.

El registro de Daniel habla de un rey llamado Nabucodonosor, que estaba lleno de orgullo por el imperio que había creado. Y a pesar de haber recibido una profecía de Daniel sobre lo que le sucedería, sus actitudes no cambiaron significativamente. La Biblia dice que Nabucodonosor estaba en la terraza de su palacio, contemplando su reino, cuando dijo: “¿No es esta la gran Babilonia que yo he edificado como residencia real con la fuerza de mi poder y para gloria de mi majestad?”. Aún estaba la palabra en la boca del rey, cuando una voz vino del cielo: “Rey Nabucodonosor, a ti se te declara: El reino te ha sido quitado, y serás echado de entre los hombres, y tu morada estará con las bestias del campo. Te darán hierba para comer como al ganado, y siete años pasarán sobre ti, hasta que reconozcas que el Altísimo domina sobre el reino de los hombres, y que lo da a quien le place”, Daniel 4:30 al 32.

Maria Amada, es una sierva de Dios que vive en Rio de Janeiro, Brasil, con quien tengo el privilegio de compartir la palabra de Dios. Estudiando este relato, me escribió, con sus propias palabras, lo que el orgullo o la humildad pueden hacer en la vida de alguien. Ella escribió: “El orgullo hizo que un rey llamado Nabucodonosor dejara el trono y fuera a la zarza para convertirse en un animal. Pero la humildad hizo que David dejara atrás la zarza para sentarse en el trono. La humildad levanta. El orgullo derriba“.

Nabucodonosor tuvo que pasar siete años viviendo en la zarza como un animal, hasta que entendió que todo su poder viene de Dios. ¿Qué tendrá que hacer Dios conmigo para entender lo mismo?

Oración: Señor, siempre quiero reconocer que sin ti no soy nada. Todo lo que tengo o soy viene de ti. Amén.

Versículo base: Tuya es, oh Señor, la grandeza y el poder y la gloria y la victoria y la majestad, en verdad, todo lo que hay en los cielos y en la tierra; Tuyo es el dominio, oh Señor, y te exaltas como soberano sobre todo. (NBA2005) 1 Crónicas 29:11