El regalo de la vida
Fue el 23 de diciembre de 1972. La angustia terminó para 16 sobrevivientes del vuelo 571 de la Fuerza Aérea Uruguaya, que se había estrellado en la Cordillera de los Andes. El vuelo que transportaba a 45 personas, entre jugadores de rugby, sus amigos, familiares y asociados, se estrelló en la cima de la cordillera, en una montaña helada y deshabitada. El accidente se conocería como la Tragedia de los Andes o el Milagro de los Andes. Aproximadamente el 25% de los pasajeros fallecieron en el momento del accidente y el resto durante los 73 días de espera del rescate, debido a las lesiones ocasionadas por el accidente, el frío o el hambre. Para 16 supervivientes, sin embargo, el regalo de la vida llegó en vísperas de navidad, con el rescate el 23 de diciembre.
Así como estas 16 personas recibieron el regalo de la vida ese 23 de diciembre, también nosotros celebramos en cada navidad el regalo de la vida que nos fue dado, con la venida de nuestro salvador. Celebrar la Navidad es celebrar la VIDA, es reunirnos y regocijarnos porque Cristo vino para que tengamos vida y vida en abundancia (Juan 10:10).
Mi deseo es que en estas fiestas de nochebuena, puedas recordar y contar a todos los que te rodean que Cristo vino a este mundo para darnos vida.
Oración: Señor, estoy agradecido por la vida que recibí con tu venida a este mundo. ¡Amén!
Versículo base: Yo soy la puerta; el que entre por esta puerta, que soy yo, será salvo.* Se moverá con entera libertad, y hallará pastos. El ladrón no viene más que a robar, matar y destruir; yo he venido para que tengan vida, y la tengan en abundancia. ‘Yo soy el buen pastor. El buen pastor da su vida por las ovejas.’ (NVI) Juan 10:9-11