El que quiera pasar días felices, guarde sus labios de proferir engaños

Fue el 3 de septiembre de 1989 en el Maracanã. Brasil y Chile estaban en la última fecha de clasificación para el Mundial de 1990, cuando se arrojó un “bastón” (dispositivo de iluminación) al campo de juego. Luego, el portero chileno Roberto Rojas se corto la cara con una navaja que tenía escondida en su guante, para simular una lesión por el artefacto. La selección chilena entonces abandonaría el terreno de juego, pero la farsa se descubriría y la selección chilena sería severamente castigada. El portero Rojas llego a ser excluido del deporte, pensionándose a los 32 años.

¡Falsedad! Esa fue la actitud del portero Rojas en ese partido. Buscó, a través del engaño, un beneficio para su equipo y para su país. Y esta no es la forma correcta de luchar por nuestros objetivos. Por eso la Biblia dice que “el que quiera pasar días felices, guarde sus labios del engaño”.

Nunca habrá felicidad en el engaño. No hay forma de ser feliz mintiendo. “Porque el Señor mira con buenos ojos a los justos y sus oídos están atentos a sus oraciones, pero mira con indignación a los que hacen el mal”.

¿Ha estado buscando la felicidad a través del engaño o la mentira, ya sea en su vida profesional, emocional o familiar? Decide hoy abandonar este camino. Si quieres vivir días felices, “guarde su lengua del mal y sus labios de proferir engaños”.

Oración: Señor, no quiero mentiras y engaños en mi vida profesional, emocional o familiar. Siempre quiero actuar basado en la verdad. ¡Amén!

Versículo base: En efecto, ‘el que quiera amar la vida y pasar días felices, guarde su lengua del mal y sus labios de proferir engaños. Apártese del mal y haga el bien; busque la paz y sígala. Porque el Señor mira con buenos ojos a los justos y sus oídos están atentos a sus oraciones, pero mira con indignación a los que hacen el mal. (NVI) 1 Pedro 3:10-12