El miedo está en mi puerta
El miedo está en mi puerta. Todos los días. Especialmente los domingos por la noche, el miedo llama a mi puerta, para traer a mi mente todas mis preocupaciones que fueron dejadas de lado durante el fin de semana. Y cuando no abro la puerta, desde afuera el miedo grita fuerte que habrá grandes batallas que pelear en la semana que está por comenzar. Y rápidamente me siento pequeño, frágil e incapaz, vencido por el desánimo y la preocupación.
Así que lo que necesito hacer es buscar la voz de Dios. Cuando el miedo está gritando a mi puerta, pidiendo paso, busco al que pelea en mi lugar. Recuerdo entonces que esta guerra no es mía, porque tengo un Dios que va delante y pelea cada batalla en mi lugar. Él sólo espera mi llamado, sólo espera mi corazón rendido ante Él, y mis preocupaciones y temores puestos a Sus pies.
Cuando el miedo llegue a tu puerta, declara en voz alta estos versículos, tenlos a la mano:
- Busqué al Señor, y él me respondió; me libró de todos mis temores. Salmos 34:4
- Así que no temas, porque yo estoy contigo; no te angusties, porque yo soy tu Dios. Te fortaleceré y te ayudaré; te sostendré con mi diestra victoriosa. Isaías 41:10
- Cuando siento miedo, pongo en ti mi confianza. Salmos 56:3
- Así que podemos decir con toda confianza: ‘El Señor es quien me ayuda; no temeré. ¿Qué puede hacerme el ser humano?’ Hebreos 13:6
- Aun si voy por valles tenebrosos, no temo peligro alguno porque tú estás a mi lado; tu vara de pastor me reconforta.. Salmos 23:4
Oración: Señor, te entrego todos mis miedos. ¡Amén!
Versículo base: Y tú escuchaste mi plegaria; no cerraste tus oídos a mi clamor. Te invoqué, y viniste a mí; ‘No temas’, me dijiste. Tú, Señor, te pusiste de mi parte y me salvaste la vida. Tú, Señor, viste el mal que me causaron; ¡hazme justicia! (NVI) Lamentaciones 3:56-59