Él es el jardinero y también el jardín

Estaba leyendo un relato, cuya veracidad no puedo confirmar, pero que hablaba de los últimos momentos de la vida de Albert Einstein. En el hospital donde murió, estaba sentado junto a una ventana, observando el jardín. La persona que lo acompañaba habría preguntado:
– “Profesor Einstein, ¿cree que Dios hizo este jardín?”
A lo que Einstein habría respondido:
– “Sí, Dios es a la vez el jardinero y el jardín mismo”.

Quiero tener esta capacidad de ver a Dios en todo.

Donde vivo tengo una vista privilegiada del Cañón de Combeima, en Colombia. Veo las montañas y sé que fueron creadas por Dios. Pero a veces pienso que Dios no está allí y me imagino que está allá en el cielo, lejano, ocupado, distraído.

Dios no te está mirando a ti ni a tu vida desde miles de kilómetros de distancia. Él no está, allá arriba en los cielos, ocupado y distraído. Él está mucho más cerca de lo que crees. Y si puedes observar con atención, es posible que lo veas en tu jardín, en una flor, en las montañas o en la luz que entra por tu ventana. Él es omnipresente y puede estar en todas partes. Y así es como deberíamos verlo.

Oración: Señor, quiero tener la sensibilidad para poder verte aquí, cerca de mí, y no allá en el cielo, lejano, ocupado y distraído. Que pueda ver tu rostro, dondequiera que vaya. Amén.

Versículo base: »Su propósito era que las naciones buscaran a Dios y, quizá acercándose a tientas, lo encontraran; aunque él no está lejos de ninguno de nosotros. Pues en él vivimos, nos movemos y existimos. Como dijeron algunos de sus propios poetas: “Nosotros somos su descendencia”. (NTV) Hechos 17:27-28

Loading

Compartilhe:

Adicionar um Comentário

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *