“El envidioso no quiere lo que tú tienes, lo que quiere es que tú no lo tengas.”

Seguramente habrás escuchado esta frase, que lleva el título de esta reflexión: “El envidioso no quiere lo que tienes, sólo quiere que no lo tengas”.

Y tal vez nunca lo pensaste, pero hay una historia muy conocida en la Biblia que retrata lo que significa esta frase. Es el relato que encontramos en 1 Reyes, en el capítulo 3, versos 16 al 28, que cuenta la historia de dos mujeres, que se presentaron ante Salomón alegando se la madre de un bebé. Una de las dos había dormido sobre su bebé y éste había muerto, y ahora afirmaba ser la madre del otro bebé, de una mujer con la que convivía. Salomón, sin saber cuál de las dos mujeres decía la verdad, manda traer una espada y da la orden, en el versículo 25:
– “«¡Partan al niño que está vivo en dos, y denle la mitad del niño a una y la otra mitad a la otra!».”.

Ante la orden dada por el rey, la palabra dice que cada una de las dos madres se expresó de diferentes maneras (versículo 26):
“La verdadera madre del niño, con el corazón lleno de amor por su hijo, dijo:
– «¡Oh no, mi señor! ¡Denle el niño a ella, pero, por favor, no lo maten!».
Pero la otra dijo:
– «Me parece bien, así no será ni tuyo ni mío; ¡divídanlo entre las dos!».

La respuesta de la segunda madre, que finalmente reveló que ella era la madre del bebé muerto, demuestra que ella nunca quiso tener el bebé de su amiga. Ella sólo quería que su amiga tampoco tuviera un bebé.

La envidia es un sentimiento que puede afectarnos a todos. Cuando perdemos algo o vemos que otra persona tiene algo que nos gustaría tener, podemos empezar a ceder ante este sentimiento. Y eso es muy peligroso. La envidia, cuando alimentada, nos lleva a comportamientos que no tendríamos si este sentimiento no existiera en nuestro corazón.

El versículo elegido para hoy nos dice que La paz en el corazón da salud al cuerpo; los celos son como cáncer en los huesos. No conozco a nadie que quiera tener cáncer. Pero la envidia es como el cáncer y debe ser eliminada de nuestras vidas.

El envidioso no quiere lo que tú tienes, lo que quiere es que tú no lo tengas – Devocional Diario

Oración: Señor, quiero estar libre de la envidia. Que este sentimiento no tenga lugar en mi vida. Amén.

Versículo base: La paz en el corazón da salud al cuerpo; los celos son como cáncer en los huesos. (NVI) Proverbios 14:30

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