El encuentro de Nicodemo con Jesús

En la Biblia, en el capítulo 3 del libro de Juan, encontramos el relato del encuentro entre Jesús y uno de los líderes religiosos de la época, llamado Nicodemo. Durante este encuentro, Jesús le explica a Nicodemo la importancia de nacer de nuevo, para ver el reino de Dios. Al principio, Nicodemo tiene problemas para entender lo que Cristo quiso decir con “nacer de nuevo“. Es inquieto, cuestiona, pide más detalles, tiene sed de aprender y comprender. Y pronto, Jesús le explica, de la manera más sencilla posible, el plan de salvación, en una frase que se ha convertido en la más utilizada para evangelismo hasta el día de hoy: “Porque tanto amó Dios al mundo, que dio a su Hijo unigénito, para que todo el que cree en él no se pierda, sino que tenga vida eterna” Juan 3:16

Y aunque no encontramos en la Biblia detalles sobre la vida de Nicodemo y una plena confirmación de que se convirtió al cristianismo, un relato particular en el capítulo 19, desde los versículos 38 al 40, nos hace pensar que el encuentro con Jesús fue transformador en la vida de este líder religioso. El relato es del momento en que José de Arimatea le pide a Pilato el cuerpo de Jesús para enterrarlo. ¿Quién estaba con él? Nicodemo. Y Nicodemo no sólo lo acompañaba, sino que traía 34 kilos de una mezcla de mirra y áloes (v. 39), para la preparación del cuerpo. “Ambos tomaron el cuerpo de Jesús y, conforme a la costumbre judía de dar sepultura, lo envolvieron en vendas con las especias aromáticas,” Juan 19:40.

Ahora bien, Jesús había sido asesinado por un movimiento provocado por los líderes fariseos y Nicodemo era precisamente un líder fariseo. Entonces, leyendo este relato, solo puedo concluir que Nicodemo ya no compartía las ideas de sus colegas. Él estaba allí, cuidando y enterrando a su amo, ansioso por ver lo que estaba por venir.

Mi amado hermano o hermana, si entraste en la presencia de Dios y saliste tal como entraste, realmente no estabas allí. Al estar con Cristo, somos transformados. Mi desafío para ti es que busques Su presencia y seas transformado por Él.

Oración: Señor, mi deseo es tener un verdadero encuentro contigo, porque sé que de este encuentro no saldré igual que cuando entré. ¡Amén!

Versículo base: Como levantó Moisés la serpiente en el desierto, así también tiene que ser levantado el Hijo del hombre, para que todo el que crea en él tenga vida eterna. Porque tanto amó Dios al mundo, que dio a su Hijo unigénito, para que todo el que cree en él no se pierda, sino que tenga vida eterna. (NVI) Juan 3:14-17