¿Descendió Jesús al infierno y predicó a los muertos?
La pregunta que da título a esta reflexión es un tema controvertido que no tiene consenso entre los cristianos. La teoría de que Cristo descendió a los infiernos y predicó a los muertos en los días de Noé, tiene su origen en la primera carta de Pedro, capítulo 3, versículos 19 y 20, donde dice: “En el espíritu también fue y predicó a los espíritus encarcelados, quienes en otro tiempo fueron desobedientes cuando la paciencia de Dios esperaba en los días de Noé durante la construcción del arca”. Mientras que los más literales apoyan la tesis de que Cristo descendió a los infiernos y predicó a los muertos, otros más escépticos prefieren creer que se trata de una figura retórica y que hace referencia a Jesús hablando a través de Noé, en la época del diluvio.
¿Y en qué creo yo? Espero que no te decepciones con mi respuesta, pero creo que la resurrección de Cristo es mucho más importante que el lugar dónde estuvo en los 3 días anteriores a su resurrección. La resurrección de Cristo es la buena nueva del evangelio. Sin la resurrección de Cristo, el mensaje de la vida eterna no tendría sentido. Si Jesús no hubiera resucitado, es muy probable que su historia fuera una historia más como la del caballo de Troya, la de Cleopatra, de los vikingos o la de los mayas y los aztecas. Sin embargo, la resurrección de Cristo partió la historia por la mitad y es donde elijo centrar toda mi atención.
Mi amado hermano, Jesús vino a este mundo y dio su vida para que tú y yo pudiéramos tener vida eterna. Esta es la buena noticia del evangelio. Hay esperanza, Cristo vive.
Oración: Señor, estoy agradecido por tu resurrección. Te confieso que no sé qué pasó en estos 3 días que estuviste muerto. Pero sé que la resurrección es la buena nueva del evangelio y lo declararé hasta el último día de mi vida. Amén.
Versículo base: Porque también Cristo murió por los pecados una sola vez, el justo por los injustos, para llevarnos a Dios, muerto en la carne pero vivificado en el espíritu. En el espíritu también fue y predicó a los espíritus encarcelados, quienes en otro tiempo fueron desobedientes cuando la paciencia de Dios esperaba en los días de Noé durante la construcción del arca, en la cual unos pocos, es decir, ocho personas, fueron salvadas por medio del agua. (NBA2005) 1 Pedro 3:18-20