Cuando no hay más nada que hacer
El texto base de hoy cuenta la historia de la hija de Jairo, uno de los líderes de la Sinagoga. Jesús fue con Jairo a ver a su hija que estaba enferma, cuando a mitad de camino llegó la noticia de que la niña había muerto: “Su hija murió”, dijeron. “Ya no es necesario molestar al maestro”. (Marcos 5:35) La respuesta de Jesús en ese momento es la misma palabra que nuestro Señor quiere darte hoy: “No tengas miedo, solo cree” (Marcos 5:36).
Cuando ya no hay más nada que hacer, cuando ya no hay esperanza, cuando parece que todo está perdido, debemos mirar a Dios y recordar las palabras de Jesús: “No tengas miedo, solo cree”. No podemos ni debemos subestimar el poder de la fe. Me pregunto cuánto perdemos, tu y yo, cada día simplemente por nuestra falta de fe. No tengas miedo, solo cree y sigue adelante. Jesús no se detuvo, Jairo no se detuvo, ambos continuaron caminando para ver a la niña.
La historia cuenta que cuando Jesús llegó donde estaba la niña, dijo: “La niña no está muerta, solo está durmiendo”. Y muchos se rieron. (Marcos 5: 39-40). Pero Jesús ordenó y la niña se levantó de nuevo. ¡Y los que una vez se rieron, ahora estaban sorprendidos! Que sigamos creyendo y avanzando sin miedo con nuestra fe en las manos de Dios.
Oración: Señor, cuando ya no hay más nada que hacer, ¡quiero confiar en ti! Que cada día pueda recordar tus palabras y seguir avanzando, con fe y sin miedo, para ver tu gloria manifestada en mi vida. Amén!
Versículo base: Todavía estaba hablando Jesús, cuando llegaron unos hombres de la casa de Jairo, jefe de la sinagoga, para decirle: –Tu hija ha muerto. ¿Para qué sigues molestando al Maestro? Sin hacer caso de la noticia, Jesús le dijo al jefe de la sinagoga: –No tengas miedo; cree nada más. No dejó que nadie lo acompañara, excepto Pedro, Jacobo y Juan, el hermano de Jacobo. Cuando llegaron a la casa del jefe de la sinagoga, Jesús notó el alboroto, y que la gente lloraba y daba grandes alaridos. Entró y les dijo: –¿Por qué tanto alboroto y llanto? La niña no está muerta sino dormida. Entonces empezaron a burlarse de él, pero él los sacó a todos, tomó consigo al padre y a la madre de la niña y a los discípulos que estaban con él, y entró a donde estaba la niña. La tomó de la mano y le dijo: –Talita cum* (que significa: Niña, a ti te digo, ¡levántate!). La niña, que tenía doce años, se levantó en seguida y comenzó a andar. Ante este hecho todos se llenaron de asombro. (NVI) Marcos 5: 35-42.