Como se ama a sí mismo

Se dice que una princesa decretó:

“Me casaré con el hombre que se quede 100 días y 100 noches, afuera de mi palacio, debajo de mi balcón y nunca se vaya de allí por nada del mundo”.

Muchos hombres aceptaron el desafío. Pero poco a poco, cada uno de ellos se dio por vencido.

Un plebeyo, sin embargo, que amaba mucho a esa princesa, decidió ir y quedarse allí, durante 100 días y 100 noches, según el decreto de la princesa. Pasaron los días y hubo mucho frío, nieve, lluvia, vientos y ese hombre permaneció allí. Todos los días, la princesa salía del palacio y observaba a ese hombre, a menudo con frío, a veces enfermo, pero siempre decidido a quedarse.

Cuando llegó el último día, faltando apenas unas horas para el final, la gente se juntó esperando que terminara el tiempo para ver a la princesa partir para encontrarse con el único hombre que aún quedaba allí.

Sin embargo, faltando apenas 1 hora, ese hombre dio media vuelta y se fue, ante el asombro de todos los presentes.

Al ser preguntado sobre su retiro, después de haber aguantado 100 días y 100 noches, suportando el frío, la lluvia, las noches heladas y faltando sólo 1 hora para que terminara el tiempo marcado por la princesa, aquel hombre dijo:

-“Alguien que pudo verme pasar tanto dolor, durante tanto tiempo, y no hacer nada para evitar tan solo 1 hora de mi sufrimiento, no me merece.

Esta ilustración habla del amor propio, de valorarse a sí mismo, y me recuerda a Efesios, capítulo 5, versículo 33: “Por eso les repito: cada hombre debe amar a su esposa como se ama a sí mismo, y la esposa debe respetar a su marido”. Este versículo explica el desenlace de esta historia.

Ama a tu esposa como a ti mismo: el hombre de la ilustración mostró amor por la princesa durante los 100 días y 100 noches, pero también mostró amor por sí mismo, un amor que estaba dispuesto a ofrecer a la princesa. No puedes amar a otro a menos que te ames a ti mismo.

La mujer debe respetar a su marido – en la ilustración no encontramos el más mínimo acto de respeto por parte de la princesa hacia ese hombre.

Mi deseo es que cada pareja pueda vivir Efesios 5:33, donde hay amor y respeto, de manera mutua.

Versículo base: “Por eso les repito: cada hombre debe amar a su esposa como se ama a sí mismo, y la esposa debe respetar a su marido.”. (NTV) Efesios 5:33

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