Coleccionista de buenos recuerdos

Una anciana mira una foto extrañando al pasado. Eclesiastes 7:10

Es bastante común perderse en los pensamientos, recordando un tiempo que ha pasado. Es posible que hayas vivido en lugares o convivido con personas que faltan en su vida hoy. Un trabajo anterior, una ciudad donde vivía, amigos o familiares que ya se fueron.

Qué alegria debería ser tener buenos recuerdos. Pero no siempre es así. A veces, un pasado feliz es motivo de tristeza en el presente. El mismo salmista vivió momentos como este: “Recuerdo esto y me deshago en llanto”, Salmo 42: 4.

Sin embargo, sufrir con los recuerdos del pasado tiene más que ver con el presente que con el pasado mismo. Este sufrimiento se debe (y mucho) a la ausencia de buenos momentos en el presente. Por eso, el gran desafío de esta vida es convertirse en un coleccionista de buenos recuerdos. Y para eso, es necesario vivir buenos momentos, constantemente.

El gran secreto, por tanto, es vivir en el PRESENTE y no en el pasado. Y vivir en el presente es ver la belleza de la vida en el presente, no solo en lo que ya ha sido. La belleza de la vida no está en una vida sin luchas ni dificultades. Pero sí, en superar cada adversidad, cada obstáculo. Está en la satisfacción de poder levantarme cada mañana y luchar la vida. Y mucho mejor si podemos hacerlo de la mano de Dios.

Oración: Señor, quiero aprender a vivir buenos momentos en mi presente y no vivir apegado a un pasado que fue bueno. ¡Amén!

Versículo base: Nunca preguntes por qué todo tiempo pasado fue mejor. No es de sabios hacer tales preguntas. (NVI) Eclesiastes 7:10

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