Sigue la estrella
Tan pronto nació Jesús, la Biblia nos dice que apareció una estrella para guiar a algunos sabios para que pudieran conocer a Jesús. “Después que Jesús nació en Belén de Judea en tiempos del rey Herodes, llegaron a Jerusalén unos sabios procedentes del Oriente. –¿Dónde está el que ha nacido rey de los judíos? –preguntaron–. Vimos levantarse su estrella y hemos venido a adorarlo.” (Mateo 2: 1-2). Y la palabra nos dice que la estrella guio a los sabios a Belén, donde nació Jesús.
Ahora no tenemos que caminar sin rumbo fijo. Ya no es necesario caminar en esta vida sin saber adónde ir. Tenemos una estrella que nos guía. La estrella de Jesús nos muestra el camino que debemos seguir. Ya no necesitamos tener dudas sobre qué camino tomar.
La invitación de hoy es esta: sigue la estrella. Cristo vino a este mundo y nos mostró, con su ejemplo y sus enseñanzas, lo que debemos hacer para vivir según su voluntad.
Que tú y yo encontremos esa estrella y así alcancemos a Cristo.
Oración: Señor, por tu venida a esta tierra tengo dirección. Por la salvación que me has dado, sé adónde debo ir. ¡Amén!
Versículo base: Después que Jesús nació en Belén de Judea en tiempos del rey Herodes, llegaron a Jerusalén unos sabios procedentes del Oriente. –¿Dónde está el que ha nacido rey de los judíos? –preguntaron–. Vimos levantarse su estrella y hemos venido a adorarlo. Cuando lo oyó el rey Herodes, se turbó, y toda Jerusalén con él. Así que convocó de entre el pueblo a todos los jefes de los sacerdotes y maestros de la ley, y les preguntó dónde había de nacer el Cristo. –En Belén de Judea –le respondieron–, porque esto es lo que ha escrito el profeta: “‘Pero tú, Belén, en la tierra de Judá, de ninguna manera eres la menor entre los principales de Judá; porque de ti saldrá un príncipe que será el pastor de mi pueblo Israel.’ Luego Herodes llamó en secreto a los sabios y se enteró por ellos del tiempo exacto en que había aparecido la estrella. Los envió a Belén y les dijo: –Vayan e infórmense bien de ese niño y, tan pronto como lo encuentren, avísenme para que yo también vaya y lo adore. Después de oír al rey, siguieron su camino, y sucedió que la estrella que habían visto levantarse iba delante de ellos hasta que se detuvo sobre el lugar donde estaba el niño. Al ver la estrella, se llenaron de alegría. Cuando llegaron a la casa, vieron al niño con María, su madre; y postrándose lo adoraron. Abrieron sus cofres y le presentaron como regalos oro, incienso y mirra. (NVI) Mateo 2:1-11