Dios de promesas
Dios tiene muchas bendiciones para dar a todos sus hijos.
Las promesas registradas en la Biblia son muy claras y están disponibles para todos los que quieran disfrutarlas. A veces nos preguntamos: “¿Cómo es que Dios tiene tantas promesas y yo no veo que se cumpla ninguna en mi vida?” El apóstol Pablo, inspirado por Dios, escribe en su carta a los Filipenses, una de las promesas que a menudo intrigan a muchas personas, que a veces cuestionan a Dios. “Así que mi Dios les proveerá de todo lo que necesiten, conforme a las gloriosas riquezas que tiene en Cristo Jesús.” (Filipenses 4:19)
Ahora, si Dios suplirá todas nuestras necesidades, ¿por qué tanta gente pasa por toda clase de dificultades? Pues bien. La promesa está ahí. ¡Dios es nuestro Padre celestial! Sin embargo, así como amamos a nuestros hijos y les damos todo lo que les prometemos cuando nos obedecen y hacen lo que sea correcto, Dios honra a quienes siguen sus enseñanzas.
Si lee todo el capítulo de Filipenses 4, verá claramente que hay algunos consejos antes de la promesa. Tenga en cuenta: “Por último, hermanos, consideren bien todo lo verdadero, todo lo respetable, todo lo justo, todo lo puro, todo lo amable, todo lo digno de admiración, en fin, todo lo que sea excelente o merezca elogio. Pongan en práctica lo que de mí han aprendido, recibido y oído, y lo que han visto en mí, y el Dios de paz estará con ustedes.” (Filipenses 4: 8-9) En esta misma carta, el apóstol Pablo nos da aún más consejo: “No digo esto porque esté necesitado, pues he aprendido a estar satisfecho en cualquier situación en que me encuentre. Sé lo que es vivir en la pobreza, y lo que es vivir en la abundancia. He aprendido a vivir en todas y cada una de las circunstancias, tanto a quedar saciado como a pasar hambre, a tener de sobra como a sufrir escasez. Todo lo puedo en Cristo que me fortalece.” (Filipenses 4: 11-13). ¡Entonces Pablo nos deja aquí con un claro ejemplo de que las promesas de Dios se cumplen en nuestras vidas a través de nuestra fidelidad al Señor como nuestro padre amado!
A nuestros hijos no siempre les gustan los deberes que les encomendamos y muchas veces son muy reacios hasta que entienden que para recibir la recompensa tendrán que pasar por momentos difíciles. Pablo pasó por necesidades que nunca había vivido antes de conocer a Jesús, y sin embargo, dijo que podía hacer todas las cosas en Aquel que lo fortalecía, ¡nuestro Dios! Debido a esta experiencia e intimidad con el Padre, Pablo recomendó que también seamos felices en cualquier situación.
Como cristianos debemos estar más atentos a la palabra de Dios y no solo tomar partes aisladas para sustentar nuestra condición de “pobrecitos”, “Dios no me ama” y “No me pasa nada bueno”.
¡Ojalá podamos cumplir con los deberes como hijos para con Dios para que podamos tener un padre amoroso en Él!
Oración: Señor, quiero ser un hijo conforme a tu corazón. Amén.
Versículo base: Por último, hermanos, consideren bien todo lo verdadero, todo lo respetable, todo lo justo, todo lo puro, todo lo amable, todo lo digno de admiración, en fin, todo lo que sea excelente o merezca elogio. (NVI) Filipenses 4:8
Este devocional fue enviado por Maria Ionara Viera a través de “Cuenta una historia”. Tu también puede enviar tus historias.