Mi opinión siempre es la mejor

No te sorprendas, pero mi opinión siempre es la mejor. Por supuesto, si no la considerara la mejor, la cambiaría. Y después de cambiarla, esta nueva opinión se convertiría en la mía. Y, una vez más, mi opinión sería la mejor.
Si la explicación anterior no quedó clara, quiero exponerla de otra manera: según nuestro propio concepto, siempre percibiremos nuestras ideas, pensamientos y opiniones como los más apropiados y correctos. Porque si no lo fueran, cambiarían.
Cuando entiendo esto, hay algo muy importante que hacer: comprobar si mis ideas, opiniones y pensamientos concuerdan con los de nuestro Creador. ¿Y cómo lo hago? Buscando conocer las ideas, opiniones y pensamientos de Dios a través de su palabra.
Si entiendes que tu pensamiento sobre un tema es correcto, es fundamental comprobar si concuerda con la palabra de Dios. Y si lo es, ¡felicitaciones! Tu pensamiento es realmente correcto y no necesitas cambiarlo. Sin embargo, sería absurdo que tuvieras un pensamiento y, al consultar la palabra de Dios, notaras que Dios piensa diferente, pero tu decisión es decirle: “Señor, vi tu opinión sobre este asunto, pero creo tener una mejor opinión; sé más que tú sobre este tema”.
La palabra de Dios nos exhorta en Romanos 12, versículo 2: “No imiten las conductas ni las costumbres de este mundo, más bien dejen que Dios los transforme en personas nuevas al cambiarles la manera de pensar. Entonces aprenderán a conocer la voluntad de Dios para ustedes, la cual es buena, agradable y perfecta.”. Necesitamos revisar constantemente nuestras ideas, opiniones y pensamientos para renovarlos y así vivir en sintonía con nuestro Creador.
Oración: Señor, quiero renovar mis pensamientos, ideas y opiniones para moldearlos a tu palabra. Revélame, Señor, aquellos pensamientos que no concuerdan con la Biblia, para que pueda cambiarlos. Amén.
Versículo base: E não sejais conformados com este mundo, mas sede transformados pela renovação do vosso entendimento, para que experimenteis qual seja a boa, agradável, e perfeita vontade de Deus. (ACF) Romanos 12:2