Sin ser perfecto, espero perfección

Mujer con la vista tapada. Mateo 7:5

A menudo me veo en medio a esta trampa: sin ser perfecto, espero la perfección de los demás. Tal vez tu haces lo mismo. Esperamos puntualidad de los demás, cuando no siempre somos puntuales. Esperamos paciencia de los demás, cuando no siempre somos pacientes. Esperamos una palabra amable de los demás, cuando no siempre ofrecemos una palabra amable a cambio. Si! Espero de otros cosas que no ofrezco.

Mi esposa es una hija de Dios, que conoce la palabra y busca vivirla intensamente. Así que, especialmente en ella, siempre espero ver los frutos del Espíritu Santo: amor, alegría, paz, paciencia, amabilidad, bondad, fidelidad, humildad y dominio propio (Gálatas 5:22). Entonces, si por alguna razón ella falla en algo, inmediatamente pienso: “¿dónde están los frutos del Espíritu Santo?” Y te cuento esto para explicar: exactamente ese pensamiento que tengo yo, es la viga en mi ojo, descrita en Mateo, capítulo 7.

La viga en mi ojo es este pensamiento que juzga mi esposa, mi vecino, mis compañeros de trabajo o mi prójimo. La viga es esperar de él lo que no tengo yo. La viga en mi ojo es mi predisposición a juzgar y condenar, siendo que el único que podría haberme condenado, me perdonó y murió por mí. ¿Por qué entonces no perdonaría yo? Es curioso ver que prefiero juzgar y condenar cuando he sido perdonado sin ningún mérito.

No caigas más en esa trampa. Cuando llegue un pensamiento de juicio, recuerde: ese pensamiento es la viga en tu ojo.

Oración: Señor, no quiero ser juez de la vida de nadie. Cristo, quien era el único que podría condenarme, decidió perdonarme. Quiero hacer lo mismo por los demás. Amén!

Versículo base: ¿Por qué te fijas en la astilla que tiene tu hermano en el ojo, y no le das importancia a la viga que está en el tuyo? ¿Cómo puedes decirle a tu hermano: ‘Déjame sacarte la astilla del ojo’, cuando ahí tienes una viga en el tuyo? ¡Hipócrita!, saca primero la viga de tu propio ojo, y entonces verás con claridad para sacar la astilla del ojo de tu hermano.” (NVI) Mateus 7: 3-5

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