“Si yo supiera…”

¿Habría salido el presidente John Kennedy en esa caravana, en 1963, si supiera que ese día sería asesinado? ¿Paul Walker, en 2013, se habría subido a ese Porsche, si supiera que moriría en un accidente? ¿Habría regresado John Lennon a su apartamento, esa noche de 1980, si hubiera sabido que lo asesinarían en la entrada del edificio? Y finalmente, ¿la princesa Diana habría salido a cenar con Dodi Fayed, aquella noche de 1997, si supiera que sufriría un accidente a consecuencia de ser perseguida por paparazzis?

Creo que lo más probable, es que la respuesta a cada una de las preguntas anteriores sea un rotundo “no”. Cada uno de estos ilustres personajes salió a hacer algo en un día cotidiano, sin saber que sería su último día de vida.

Y lo más probable es que tú y yo ya hayamos tomado decisiones sin saber que estaban equivocadas.
– “Si yo supiera que esto afectaría tanto la vida de mi hijo, no me habría divorciado”.
– “Si hubiera sabido que esta inversión era una estafa, no habría puesto todos mis ahorros allí”.
– “Si yo supiera que este trabajo sería así, no habría renunciado ni cambiado de trabajo”.
– “Si hubiera sabido que venir a vivir aquí tendría estas consecuencias, no me habría mudado”.

Y cada vez que pienso en algo que empieza con “si yo supiera…”, recuerdo a aquel que, sí, lo sabe todo. Tenemos un Dios que es omnisciente y que tiene todo el conocimiento sobre lo que sucede en cada centímetro de tierra de este planeta. Él ya sabe, de antemano, cuál será la consecuencia de cada pequeña decisión en mi vida diaria. Por lo tanto, puedo presentarle cualquier situación de mi vida y pedirle orientación.

“Dios es superior a nuestros sentimientos y él lo sabe todo”, nos dice 1ª Juan 3, en el versículo 20. Y por tanto, debemos llevar ante Él, cada decisión, antes de que sea tomada. Yo no conozco y no podré nunca saber las consecuencias de una decisión. Pero Dios lo sabe. Y me dará la mejor orientación.

Oración: Padre amado, acudo a ti pidiendo orientación para esta decisión que necesito tomar. Ayúdame, Señor, a tomar la mejor decisión, revélame qué camino debo seguir. Amén.

Versículo base: Nuestras acciones demostrarán que pertenecemos a la verdad, entonces estaremos confiados cuando estemos delante de Dios. Aun si nos sentimos culpables, Dios es superior a nuestros sentimientos y él lo sabe todo. (NTV) 1ª Juan 3:19-20