“Lo siento por ti. El día más importante de tu vida ha terminado”.
El 9 de noviembre de 1985. Garry Kasparov ganó por primera vez, a los 22 años, el título de campeón mundial de ajedrez. Y durante la celebración del logro, Rona Petrosian, viuda de Tigran Petrosian, ex campeón mundial, se acerco y le dijo a Kasparov:
– “Lo siento por ti. El día más importante de tu vida, ha terminado”.
Declaración extremadamente interesante de Rona Petrosian. Kasparov, de apenas 22 años, acababa de alcanzar el punto más alto posible de su carrera. Ningún otro logro podría ser mayor que ese. Y tal vez, al ella haber estado casada con un ex campeón mundial de ajedrez, entendió, mejor que nadie, lo que significaban esas palabras.
Mi amado hermano, todos aquellos que viven por metas terrenales, podrán, algún día, llegar al punto más alto y no tener otras metas que conquistar. Entonces para estos, llegará el día más importante de la vida, que tendrá 24 horas y al final terminará.
Sin embargo, los hijos de Dios no corremos y luchamos por metas terrenales. Ningún logro en este mundo puede ser mayor que la corona inmarcesible de gloria que recibiremos en la eternidad (ver 1ª Pedro 5:4). Y por eso, el día más importante de la vida es hoy. Hoy es el día para dar un paso más y avanzar hacia la meta, “ganar el premio del supremo llamamiento de Dios en Cristo Jesús”.
¿Qué tienes planeado para hoy, acercárte o alejárte de la corona inmarcesible de gloria?
Oración: Señor, quiero avanzar hacia la meta de ser más como Cristo. Muéstrame, Señor, lo que debo hacer hoy, para avanzar un paso más hacia esta meta eterna. Amén.
Versículo base: Hermanos, yo mismo no considero haberlo ya alcanzado. Pero una cosa hago: olvidando lo que queda atrás y extendiéndome a lo que está delante, prosigo hacia la meta para obtener el premio del supremo llamamiento de Dios en Cristo Jesús. (NBA2005) Filipenses 3:13-14