“¿Qué está pasando aquí?”

Ocurrió el 29 de diciembre de 1972. El vuelo 401 de Eastern Air Lines se acercaba al aeropuerto de Miami para aterrizar. Al bajar el tren de aterrizaje, una indicación en el panel decía que el tren delantero no había bajado. Debajo de la cabina, había un periscopio, para ser utilizado precisamente en estos casos. El capitán se inclinó para ver a través del periscopio, pero no se dio cuenta de que, al hacerlo, tocó el timón de dirección, empujándolo lo suficiente como para desconectar el piloto automático. Con eso, el avión se inclinó ligeramente hacia abajo, poco para que la tripulación pudiera notarlo, pero en un movimiento hacia abajo. La noche oscura tampoco permitia una percepción visual del movimiento de descenso. Cuando el capitán volvió a su asiento, el panel indicaba 100 pies. La caja negra registró la siguiente conversación entre el capitán y el primer oficial, en los últimos segundos antes del choque:

– “¡Hicimos algo con la altitud!” – dijo el primer oficial
– “¿Qué?” – respondió el capitán sorprendido.
– “Todavía estamos a 2.000 pies, ¿verdad?” – quiso confirmar el primer oficial, dudando de la información del panel

Fue entonces cuando el capitán miró por la ventana del avión y notó un brillo extraño, que en realidad no era más que el reflejo de las luces del avión en las aguas del pantano de los Everglades. Y gritó:

– “¿Que está pasando aquí?”

Ya no había tiempo para reaccionar. El vuelo 401 de Eastern Air Lines adentraba en las turbias aguas de los Everglades a 400 km/h. En el accidente fallecieron 101 de los 176 pasajeros a bordo, entre ellos el capitán y su primer oficial.

Ellos pensaban estar volando a 2000 pies (más de 600 metros) cuando en realidad estaban descendiendo. Cuando se dieron cuenta, ya estaban a 100 pies (30 metros). Y sin entender nada de lo que estaba pasando, los pocos segundos que aún tenían no fueron suficientes para salvar el avión.

Algo similar puede ocurrir en nuestra vida. Creemos que estamos volando alto y seguro. Pensamos que todo está bajo control y que nada anda mal. Pero, de hecho, estamos muy cerca de estrellarnos. No volamos tan alto como creemos y realmente vamos camino a la destrucción. Luego viene la sorpresa y nos preguntamos: “¿Qué está pasando aquí?”

Mi amado hermano o hermana, revisa el panel de indicadores de su vida. Mira con atención a las señales, para no sorprenderse. A veces, todo parece estar bien a tu alrededor, pero en realidad no lo está. Y se deben tomar medidas para corregir el rumbo.

Oración: Señor, quiero estar atento a las señales que me dás. No quiero vivir mi vida creyendo que todo está bien cuando en realidad no es así. Muéstrame lo que debo hacer para corregir mi ruta. Amén.

Versículo base: “Por tanto, arrepiéntanse y conviértanse, para que sus pecados sean borrados, a fin de que tiempos de alivio vengan de la presencia del Señor, y Él envíe a Jesús, el Cristo designado de antemano para ustedes. (NBA2005)  Hechos 3:19-20