¡Basta de victimismo!

¿Conoces a alguien que tiene la mala costumbre de culpar a los demás de todo? El matrimonio que no funcionó por culpa del cónyuge, la profesión equivocada por la influencia de los padres, el fracaso financiero por culpa del gobierno y la salud deteriorada por el clima. Finalmente, ninguna dificultad en su vida es por su culpa, todo es culpa de su entorno y de los demás.

Desde Adán, los seres humanos han buscado echarle la culpa a otra persona. Cuando fue confrontado por Dios mientras aún estaba en el jardín del Edén, Adán inmediatamente respondió: “La mujer que me diste por compañera me dio de ese fruto, y yo lo comí“. Allí, Adán no solo culpaba a Eva, sino también a Dios, por haberla dado por esposa.

Algo importante que debemos aprender sobre la vida: autoresponsabilidad. Ser responsable de nuestra propia vida, de las elecciones. Si tienes más de 18 años, eres plenamente capaz de tomar tus propias decisiones. Tú eliges con quién tienes una relación afectiva, decides la profesión a seguir, administras tus propios recursos económicos. Y, en general, lo que llamamos “mala suerte” no es más que malas elecciones. Es la simple ley de la siembra y la cosecha o causa y consecuencia.

¡Basta de victimismo! Toma el control de tu vida, de tus decisiones. Sé responsable de tu destino. Evita pensar en lo que otros hicieron o no hicieron y piensa solo en lo que podrías haber hecho.

Oración: Señor, quiero ser responsable de mí mismo, quiero ser dueño de mis decisiones y no ser alguien que culpa a los demás por todo. ¡Amén!

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Versículo base: Pero Dios el Señor llamó al hombre y le dijo: ¿Dónde estás? El hombre contestó: Escuché que andabas por el jardín, y tuve miedo porque estoy desnudo. Por eso me escondí. ¿Y quién te ha dicho que estás desnudo? le preguntó Dios. ¿Acaso has comido del fruto del árbol que yo te prohibí comer? Él respondió: La mujer que me diste por compañera me dio de ese fruto, y yo lo comí. (NVI) Génesis 3:9-12