La teoria del caos

La teoría del caos comenzó a estudiarse en los años 60, con el meteorólogo estadounidense Edward Lorenz quien estudió el impacto que las cosas pequeñas podrían tener en el futuro. Para resumir algo muy complejo, lo ilustraré con una historia ficticia:
“Tienes 22 años y te invitan a una fiesta de cumpleaños. En esta fiesta de cumpleaños conocerás a la mujer (o el hombre) de tu vida, con la que te casarás, tendrás hijos y vivirás en el extranjero, como director de una gran empresa. Tomas el autobús para ir a esta fiesta, pero te confundes, subes al autobús equivocado, terminas en el otro lado de la ciudad y finalmente nunca llegas a la fiesta. La teoría del caos dice que este pequeño detalle, de tomar el autobús equivocado, ha traído un caos total a tu vida, y nunca conocerás a esta mujer (o a este hombre). Terminarás casado con otra persona, nunca dejarás tu pueblo y serás vendedor de autos en una concesionaria de la ciudad. Todo porque tomaste el autobús equivocado. Finalmente, la teoría del caos nos dice que cada pequeño detalle cambia toda nuestra vida. Y sucede todo el tiempo, una y otra vez.

No soy nadie para refutar la teoría del caos. Y creo que sí, cada detalle o decisión que tomo repercute en mi futuro. Sin embargo, creo en el Dios que reconduce los caminos, que devuelve “el orden al caos”, que promueve nuevos encuentros y oportunidades. Creo en un Dios que me ayuda a tomar el bus correcto o me permite tomar el bus equivocado, porque Él tiene planes mejores para mí, aunque yo no lo vea así.

Génesis 1:2 dice: “La tierra era un caos total, las tinieblas cubrían el abismo, y el Espíritu de Dios iba y venía sobre la superficie de las aguas. Y dijo Dios: ‘¡Que exista la luz!’ Y la luz llegó a existir“. Nuestro Dios devuelve el orden al caos. ¿Tu crees?

Oración: Señor, pon orden en el caos de mi vida. Trae tu luz, para que pueda ver claramente lo que necesito hacer. ¡Amén!

Versículo base: Dios, en el principio, creó los cielos y la tierra. La tierra era un caos total, las tinieblas cubrían el abismo, y el Espíritu de Dios iba y venía sobre la superficie de las aguas. Y dijo Dios: ‘¡Que exista la luz!’ Y la luz llegó a existir. (NVI) Génesis 1:1-3