¿Por qué te abates, alma mía, y por qué te turbas dentro de mí?
Desde septiembre de este año, he enfrentado desafíos y luchas en mi vida que realmente no esperaba. Ha sido un tiempo en el que realmente he podido sentir una profunda tristeza en mi alma. Y en momentos de gran tristeza y en oración con Dios, vino a mí el Salmo 42, que quiero traer aquí en su totalidad, para que puedas leer este salmo espectacular y sentir, como yo sentí, la presencia de Dios. Este salmo no necesita complementos ni comentarios. La palabra del Señor basta:
- Como el ciervo brama por las corrientes de las aguas, así clama por ti, Dios, el alma mía.
- Mi alma tiene sed de Dios, del Dios vivo. ¿Cuándo vendré y me presentaré delante de Dios?
- Fueron mis lágrimas mi pan de día y de noche, mientras me dicen todos los días: ‘¿Dónde está tu Dios?’
- Me acuerdo de estas cosas y derramo mi alma dentro de mí, de cómo yo iba con la multitud y la conducía hasta la casa de Dios, entre voces de alegría y de alabanza del pueblo en fiesta.
- ¿Por qué te abates, alma mía, y te turbas dentro de mí? Espera en Dios, porque aún he de alabarlo, ¡salvación mía y Dios mío!
- Dios mío, mi alma está abatida en mí. Me acordaré, por tanto, de ti desde la tierra del Jordán y de los hermonitas, desde el monte Mizar.
- Un abismo llama a otro a la voz de tus cascadas; todas tus ondas y tus olas han pasado sobre mí.
- Pero de día mandará Jehová su misericordia y de noche su cántico estará conmigo, y mi oración al Dios de mi vida.
- Diré a Dios: ‘Roca mía, ¿por qué te has olvidado de mí? ¿Por qué andaré yo enlutado por la opresión del enemigo?’
- Como quien hiere mis huesos, mis enemigos me afrentan diciéndome cada día: ‘¿Dónde está tu Dios?’
- ¿Por qué te abates, alma mía, y por qué te turbas dentro de mí? Espera en Dios, porque aún he de alabarlo, ¡salvación mía y Dios mío!
Oración: Señor, pongo mi esperanza en ti. Mi alma está triste, pero tú eres mi esperanza. ¡Amén!
Versículo base: ¿Por qué te abates, alma mía, y por qué te turbas dentro de mí? Espera en Dios, porque aún he de alabarlo, ¡salvación mía y Dios mío! (NVI) Salmos 42:11