La hora de la verdad

Un reloj

Cuando era adolescente, llegó el día que siempre supe que llegaría. El día en que estaría en un círculo de amigos y me ofrecerían algún tipo de droga. Había llegado el momento de la verdad, el momento en que un simple “sí” o “no” determinaria mi futuro. Recuerdo que, en ese momento, tuve la fortaleza de decir “no”, que no la probaría, que no quería, a pesar de los comentarios de mis amigos de “no pasa nada“. Hoy, más que nunca, estoy seguro de que tomé la mejor decisión y que, de hecho, mi elección fue guiada por Dios.

Hoy, tengo conversaciones frecuentes con mis hijos, trayendo este relato. Porque también sé que llegará el día en que les ofrecerán alguna droga. Y sé que no estaré allí cuando eso suceda. Mis padres no estaban presentes cuando me ofrecieron la droga, ni tampoco los padres de ninguno de mis amigos. Entonces necesito preparar a mis hijos para este día. Necesito decirles lo más claramente posible que ese día llegará y ellos necesitan decir “no”.

Sin embargo, sé que las palabras y las conversaciones no son suficientes. Por mucho que se aconseje, una simple conversación no será suficiente. ¿Qué hacer entonces? No puedo pensar en otra salida que enseñar a mis hijos a amar y temer a Dios. Solo el amor y el temor del Señor pueden darme completa seguridad de que, en la hora de la verdad, podrán tomar la decisión correcta.

Mi trabajo como padre comienza mucho antes de la hora de la verdad. Empieza cuando son niños, poniéndolos en los caminos del Señor.

Oración: Señor, quiero preparar a mis hijos para la hora de la verdad, el momento cuando alguien les ofrecerá drogas. Y mi deseo es que te amen y te teman lo suficiente como para tener la fuerza de decir “no”. ¡Amén!

Versículo base: Instruye al niño en el camino correcto, y aun en su vejez no lo abandonará. (NVI) Proverbios 22:6

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