Yo no soy el portero del cielo

Tengo amigos que frecuentemente me preguntan quién entrará al cielo y quién no. Algunos de ellos me traen ejemplos como: “él fue pastor toda su vida y murió en adulterio, ¿irá al cielo?” o “Se ha convertido, pero nunca confesó un asesinato, ¿irá al cielo?”

Por lo general, respondo: “Me alegro de no ser el portero del cielo”. No quiero esta responsabilidad de decidir quién entrará o no al cielo. Y me niego a ocupar mi tiempo y mis pensamientos en esta cuestión. Y desde hace un tiempo, decidí no juzgar a nadie. Dios es quien sabe todas las cosas y conoce cada corazón y situación y Él es el único y justo juez.

Sin embargo, puedo (y debo) entender de la palabra, lo que dice sobre la salvación y vivir de acuerdo con lo que aprendo de ella. ¿Y qué aprendo acerca de la salvación de la Biblia? Aprendo que:

1. Todos somos pecadores y estamos separados de Dios – Romanos 3:23
2. Cristo vino a salvarnos – 1 Timoteo 1:15
3. Por la muerte de Cristo soy salvo y tengo vida eterna – Juan 3:16
4. Somos salvos por gracia y no por obras – Efesios 2:8
5. La salvación no me permite pecar – Romanos 6:1-2

Mis amados hermanos, esto es lo que sé acerca de la salvación. Y a partir de estas verdades, decido cómo vivir mi vida. Y aún conociendo estas verdades, no tengo la capacidad de “juzgar” quién se salva y quién no.

Sería una gran responsabilidad ser el que determina quién entrará o no en el reino de los cielos. Pero, afortunadamente, no soy el portero del cielo. No tengo ni quiero tener esa responsabilidad.

Oración: Señor, no nos corresponde a nosotros, humanos y mortales, juzgar quién se salvará y quién no. Este juicio te pertenece solo a ti. Amén.

Versículo base: Pero tú, ¿por qué juzgas a tu hermano? O también, tú, ¿por qué desprecias a tu hermano? Porque todos compareceremos ante el tribunal de Dios. (NBA2005) Romanos 14:10.